“Una cosa rara es el hombre:

nacer no pide,

vivir no sabe y morir no quiere”.

Facundo Cabral

Con datos del INEGI, los nacimientos registrados en el año 2019, en nuestro país, fueron 2 millones, 92 mil 214 nacimientos de nuevos mexicanos, esto equivale en promedio a 238 niños por hora y aproximadamente a 4 niños por minuto. Algo así como que mientras le dedica 1 minuto a leer estas líneas, llegaron 4 nuevos mexicanos. El 50.8% fueron hombres y el 49.2% mujeres.

El grupo de edad de la madre que registró más nacimientos fue entre 20 a 24 años, la mayor frecuencia se dio en mujeres de 24 años. Al momento del registro de sus hijos, el 52.4% de las madres se encontraba en unión libre, 26.8% estaban casadas y 12.5% manifestaron ser solteras, el 8.3% restante se ubicó en varias categorías.

La escolaridad del 77.1% de las madres que registraron un nacimiento, no rebasa el nivel medio superior. El 36% (752 mil 941) cuentan con secundaria o equivalente. El 23.5% (491 mil 774) con preparatoria o equivalente. El 15.5% (325 mil 311) con algún grado de primaria y el 2.1% (44 mil 001) expresaron no tener escolaridad.

Para el caso de los padres, en el grupo de edad de 25 a 29 años, concentran la mayor proporción al momento del nacimiento y representan el 23% de los casos y su condición de escolaridad es similar. El 79.4% de los padres, para el 2019, manifestó tener un tipo de empleo INEGI 2020, septiembre 22 comunicado prensa).
La tasa de natalidad por cada 1,000 mujeres en edad reproductiva fue de 61 en promedio.

En este contexto, las entidades con mayor magnitud de esta tasa fueron: Chiapas con 94.5, Guerrero con 81.3 y Zacatecas con 73.

En contraparte, las de menor magnitud fueron la Ciudad de México con 41.9, Veracruz de Ignacio de la Llave con 52 y estado de México con 52.2. Para el caso de Hidalgo, fue de 54.
Para el caso de las defunciones, en el 2019, se registraron 747 mil 784, de las cuales, el 56.4% fueron hombres y el 43.5% mujeres. Hubo 473 casos en los cuales el sexo no fue especificado.

Del total de defunciones el 88.8% fueron por enfermedades y problemas relacionados con la salud y el 11.2% por causas externas, principalmente accidentes, homicidios y suicidios.

Las tres principales causas de muerte para hombres como mujeres por enfermedad son: enfermedades del corazón, diabetes mellitus y los tumores malignos. La cuarta causa de muerte en hombres son los homicidios. En este caso, en el mes de marzo hubo 2 mil 585; en abril 2 mil 492; en julio 2 mil 519; en agosto 2 mil 524; en el mes de octubre, el más bajo de los anteriores, se dieron 2 mil 429, en promedio, 78 por día, que equivale alrededor de 3 por hora. (https://www.eluniversal.com.mx/nacion/octubre-se-ubica-como-en-quinto-mes-mas-violento-del-2020).

Exclusivamente feminicidios, hubo de enero a julio de este año 2020, 2 mil 240 mujeres asesinadas (infobae, 2020 agosto 26).

Al parecer tenemos un problema de mal humor entre las personas y nos da la impresión que, la autoridad, se mantiene en la idea de que, cada quien arregle sus diferencias como pueda.

Mención especial, es el tema del COVID-19, donde los números oficiales no cuadran, o como se expresa entre los contadores de profesión: no está bien el balance.

La especialista independiente, Laurianne Despeghel (@LaurianneDsp), nos dice el 24 de octubre que había en las estadísticas nacionales 217 mil 989 “decesos en exceso”, lo que significa, según entiendo, que son fallecimientos debidos a causas que no existían en el año 2019, pero que ahora sí existen y la única es el COVID-19.

La reflexión de esta ocasión es sobre nuestra vida y algún día sobre nuestro fallecimiento.
El entorno antes mencionado, genera, por lo menos incomodidad.

Las preguntas surgen ¿Qué hecho de mi vida? ¿Qué hago y qué haré con ella? ¿Por qué? Pues se debe a que la vida cambia en un momento: una distracción al conducir el vehículo, al manipular el móvil; un arroz a la hora de la comida que ocasionó asfixia por bronco-aspiración; un momento de descuido y sentir que no, a mí no me pasa el COVID; y un largo etc.

En el inter de nuestro nacimiento, hasta llegar el fatídico momento, existe todo un gran espacio de felicidad, de esfuerzo, de trabajo, de momentos inolvidables que pueden ser vividos con alegría, en compañía de tus seres queridos. Seamos más humanos y menos inhumanos, sensibles a nuestras necesidades, respetuosos de nuestras personalidades, más espirituales y menos fríos por el estilo de vida del consumismo. Nada nos llevaremos al partir….

Vivamos la vida y:
“No llores por lo que perdiste, lucha por lo que te queda;
No llores por el que ha marchado, lucha por quien está contigo;
No llores por quien te odia, lucha por quien te quiere;
No llores por tu sufrimiento, lucha por tu felicidad;(autor desconocido, para mí)

Nos leemos en la próxima.
Galdino Rubio Bordes garubo58@gmail.com