En ocasiones, se dice que cuando se ama de verdad no importa la respuesta o la falta de esta por parte de la persona que se ama, y puede ser que sea cierto, pero el asunto es, que amar a alguien que no corresponde sería válido si no hubiera sufrimiento de por medio, y sin embargo, sufrir por no ser correspondido es sumamente común, si algo hace daño emocionalmente cuando uno ama o cree amar a otro, es no ser correspondido o haber dejado de ser elegido o amado porque es cierto no ser amado, duele.

Obviamente, hemos comentado que la pareja o la otra persona tiene derecho a no corresponder o no amar, eso no está discusión, el derecho a elegir si quiero amar y a quien, no es negociable, sin embargo, es indispensable hablar con honestidad y admitirlo, expresarlo, y la otra parte por supuesto, reconocerlo y aceptarlo.

Cuando sabemos claramente que no es mutuo cada quien puede elegir cómo vivirlo, si no hay engaño puede ser doloroso, pero es preferible saberlo a vivir en la mentira, el amor sano, el que enriquece y nutre nuestra vida es el amor que nos hace bien, que al sentirlo nos invita a la vida, es el amor recíproco, incluso entre padres e hijos, en la familia, con los amigos, lo deseable, lo sano es desear, esperar que sea así, que el cariño, el respeto y la confianza sean mutuos.

Uno puede decidir querer alguien que no te quiere, pero lo que uno no debería elegir es querer a alguien que te lastima: todos deberíamos querer a alguien que no duela.

¿Qué interfiere en esos amores que duelen?
Los mitos amorosos
Nuestras creencias sobre ser pareja
La historia de vida
La autoestima.

Se necesita quererse para elegir el buen amor: uno que nos quiera bien, bastante y permanentemente.

A veces, si no se tuvo devolución amorosa en la familia se tiende a buscar en la vida amorosa, pero uno puede negarse a repetir la historia haciendo un trabajo personal, descubriéndose como una persona querible y con derecho a la reciprocidad.

Decía Bert Hellinger que “en los cuentos de hadas suena bonito eso del amor no correspondido, pero que en la vida real todo amor que no es mutuo se vuelve tóxico”
Porque cuando no es mutuo se rebasan los límites, se cae en el sufrimiento.

El amor sano es un amor correspondido, uno que se corresponde incluso si no de la misma manera con respeto, honestidad, diciéndole al otro incluso, lo que no se siente.

Resaltando tu derecho a que desde la autoestima tomes la decisión de alejarte de la persona que no puede o no quiere corresponderte, sin rencores y sin sufrimiento, pero, sin engaños.

Eligiendo una soledad digna o enamorarte de quien esté en la misma sintonía contigo y elija también enamorarse de ti.

Si no te hacen sufrir que no te quieran o no te correspondan es tu derecho elegirlo, aunque es muy poco probable que no te afecte, la indiferencia de quien amas duele y tú no tienes porque vivir sufriendo por no ser vista ni por no ser amada.

Créeme, si no es mutuo, es mejor que no sea… ¿Lo pensé o lo dije?

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