Sueños rotos

Gleydi Ortiz

Isidro cursa el tercer grado de primaria, pertenece a la matricula de la escuela de CONAFE “San francisco de la Esperanza” ubicada en la comunidad el Cerrito, Actopan Hidalgo, a él le encanta colorear y muestra habilidad manual, se le observa en clase construyendo estructuras con cualquier material que tenga en las manos.

Maestra Chayito – ¡Isidro! Que te dije sobre estar jugando en clases,- le retira la plastilina de las manos – En que momento te vas a concentrar para escribir lo que está en la pizarra, para llegar a tener una carrera es importante que seas bueno en español y matemáticas.

Isidro: Tiernamente, Perdón maestra, no lo vuelvo hacer.

En efecto, no lo volvió a hacer, se olvidó de las artes plásticas natas que le emanaba de sus manos, inevitablemente el tiempo transcurrió, Isidro creció y por su contexto se hizo padre a temprana edad, un buen empleado con carácter serio- amargo.

Christina de la Torre, adolescente de 14 años, asiste a la escuela privada nivel secundaria “Marie Curie” ubicada en San Javier, Pachuca de Soto. Su maestra Lilian, bailarina egresada de la UAEH la observa detenidamente –Chris, tu técnica de ballet es exquisita, serias una gran bailarina – con aquel elogio la Joven se esfuerza más. Semanas después…

Crhis: -Madre, me encantaría ser bailarina – Sra. De la torre, empresaria reconocida de la Cd. – ¿Niña, acaso te quieres morir de hambre?, tienes que elegir una carrera donde puedas continuar con el negocio.

Y así fue, Christina se volvió en administradora de empresas, lleva a cargo 10 tiendas de Joyerias, su disciplina la ha llevado a ser muy “exitosa” igual que su madre, pero lo que no saben es que ella asiste de vez de cuando al Studio de Danza que está a 5 km de su hogar, el único lugar donde se siente libre, donde se siente ella misma.

¿Quién influye en sueños rotos? ¿El sistema educativo? ¿Las condiciones socioeconómicas? ¿La familia? ¿Uno mismo? ¿O la falta de inconciencia, tabúes y conocimiento hacia el arte?

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) comparte en su plataforma que México se constituye por 327.2 Millones de personas y de ellas sólo 3,170 son artistas profesionalmente según el Sistema de Información Cultural de México (SIC), Sin duda alguna los registros arrojan una minoría notoria en personas que egresan de alguna rama del arte. ¡Impresionante!

Con esto no quiero fomentar que todos sean artistas, el objetivo de estas letras es, que cada vez haya menos expresiones como estas:

-Yo quería ser…. Pero mis padres no me dejaron.

– Yo quería ser… pero no me apoyaron.

– Yo quería ser… pero me dijeron que moriría de hambre.

Etc.

El arte en general es un tema completamente extenso, hermoso y abstracto, pero en términos concretos puedo mencionar que nos aporta reflexionar sobre nuestra existencia en este plano terrenal, ocasiona sensaciones de paz, felicidad amor, esperanza y es el canal principal de expresión al igual que permite exponer los problemas sociales lo que permite dejar huella del paso humano.

Además, que el arte apoya a que las estructuras cerebrales se modifiquen y que las neuronas realicen con mayor eficacia la sinapsis lo que propicia una mayor ejecución en la funciones ejecutivas del cerebro (Memoria, planificación, Razonamiento, Flexibilidad, Inhibición, toma de decisiones, Estimulación temporo-espacial ejecución dual y multitareas).  Interesante ¿No? Cómo un tema que se ha visto como actividades de recreación sea de las acciones que más estimula nuestro musculo pensante.

Y no sólo eso, dentro del arte, existe Disciplina. Lo leíste bien, uno de los tabúes es que los que se dedican al arte son relajados e indisciplinados pero no es así, un artista comprometido con el arte es disciplinado, organizado, que día con día busca la excelencia desde su emoción y percepción. En donde una hora de “show” conllevo días, meses, e incluso años de dedicación, estudio, práctica y más.

Mi querido lector, hoy te pido un favor, valora a un artista de la misma manera que se reconoce a un médico, un arquitecto, un profesor, un abogado, solo por mencionar ejemplos. Y también cuida mucho tus palabras cuando estés frente a un joven, sin importar si eres de ese chico (a) su hermano, docente, amigo, padre, vecino o “casualidad” , lo que sale de tu boca es una arma influyente para su futuro.

Con la esperanza de que leas estas líneas desde la profesión que soñaste desde niño y te hace sentir chispas vivenciales, me despido de ti.

Abrazos al alma. FB: Gleydi Ortiz

IG: Gleydi Ortiz