Ser, sólo ser
Gleydi Ortiz
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Tengo miedo de escribir y que mis palabras no sean tan perfectas como tú lo eres. Desde que mi memoria lo recuerda me has dicho: -El cielo no es tu límite, hay más allá. ¡Lo creí tanto que ame la inmensidad del cielo! Subí a la copa de los árboles y me lancé al vacío, intenté volar pero caí, te veía dominar la enormidad azul celeste con tanta seguridad, templanza y fortaleza, que al no lograr volar volvía a las ramas, inhalaba, me dejaba envolver por el viento pero nuevamente caía pero regresaba hacerlo una y otra vez, en ninguna acerté.
Todas aquellas veces me levantabas, sacudías el polvo que se quedaba impregnado en mi rostro y en mi ropa, besabas mis raspones, enseguida tu voz que transmite paz me dice: -Sé paciente y permite que tus alas crezcan.
En un principio no lo entendí, quería y anhelaba formarme cómo un ser libre, así como tú, tan majestuosa que te veías al volar y dominar el cielo. ¡Ya quería crecer!, me urgía tener tu fuerza; me emberrinche y recosté en el suelo mirando elevarte hacia esas masitas visibles compuestas de microscópicas gotas que parecen trozos de algodón de azúcar, quiero estar contigo.
El tiempo inevitablemente y afortunadamente pasó, por fin crecí, me tomaste entre tus manos y las direccionaste al cielo, besaste mi frente y dijiste con gran dulzura: – El momento llegó, vuela, sé libre y entrégate al viento.
¡Pff, qué sorpresa me lleve! Desde arriba todo era tan distinto y difícil que imploraba regresar a la tierra y cuando estaba a punto de dejarme caer te escuchaba decir: Tú puedes, extiende tus alas con fuerza, mantelas y que nada te derrumbe.
Poco a poco con tu amor y tus consejos controlo ahora más mi vuelo, lo que me permite disfrutar junto a ti y pedir al universo que me seas eterna. Aunque nos encanta sentir nuestra compañía me recuerdas que debo emprender mi viaje, lo dices de una manera tan hermosa que me hace pensar que todo estará bien y me transportas a todas esas veces de terquedad que fracase pero, tú, con un beso totalmente mágico me sanabas. Hoy ya me atrevo a explorar otros cielos lejos del que crecí con la confianza y seguridad que puedo regresar a tu lecho, descansar y volver a volar, porque sé que así desplomo mil veces, tu amor me alzará
Abrazos al alma.
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