Arturo Gil Borja

Muchos son los comentarios que se han generado en la sociedad, con relación al regreso a clases, pues apenas el viernes pasado, se informó que prácticamente la mitad del país ingresa al semáforo verde, mismo que permite el retornar a las actividades presenciales, con algunos cuidados, pero prácticamente a la nueva normalidad.

La manera en que se dará este regreso, nos lo han venido anunciando las autoridades educativas, será gradual; aún con semáforo verde, darán oportunidad a padres de familia, para que decidan si sus hijos regresan de inmediato o hasta que inicie el ciclo escolar.

La UNICEF ha alertado sobre el estado emocional de niñas y niños, expresando que este encierro les ha generado irritabilidad, ansiedad, depresión, estrés y falta de concentración, sin dejar de mencionar la violencia intrafamiliar de la que han sido objeto, varios de ellos.

Hace varias columnas, citamos que, en encuestas elaboradas por la propia autoridad educativa, más del 60% de estudiantes, expresaron que habían tenido un bajo aprovechamiento escolar, e inclusive 6 millones de educandos dejaron sus estudios y ya no se inscribieron para el ciclo escolar 2020 – 2021.

No hay un solo país que haya resultado ileso del embate de la pandemia que ha azotado al mundo entero, sin embargo, algunos, con la capacidad económica que les distingue, estuvieron en la posibilidad de dotar de herramientas tecnológicas e internet a sus pobladores y, aun así, la percepción de sus respectivas sociedades fue el que la educación se truncó en perjuicio del estudiantado.

Resulta complejo que los padres de familia, en cualquier nivel escolar, tengan la disposición de que sus hijas e hijos, retornen a las aulas y cursen de nueva cuenta el año escolar perdido, pues pensamos que los estudios de nuestros vástagos son una carrera contra reloj y gana quien menor tiempo haga.

La realidad es que, independiente a la fecha exacta en la que se anuncie el regreso a clases de todas y todos los estudiantes, lo que debemos plantearnos, familias, sociedad, gobiernos y sistemas educativos, es sí realmente, quienes cursaron cualquier nivel educativo, adquirieron las herramientas para acreditar satisfactoriamente sus estudios, o en su caso, sea más sano el repetir el grado escolar.

A la mayoría de las y los estudiantes, y padres de familia, les deberá extrañar el planteamiento, por lo cual la autoridad educativa, deberá rediseñar sus programas, para que, en un tiempo mayor a los dos meses, una vez que se dé el retorno total a clases, se establezcan sistemas objetivos y cualitativos de regularización del conocimiento, pues de otra manera, estaremos haciendo un corte generacional, con pocos conocimientos, pero con documentos que solo den tranquilidad a sus familias.

Hasta la próxima.
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