Parte 2 del conversatorio

Franco: Si bien la objetividad es un ideal válido y necesario para alcanzar en cualquier ciencia o disciplina, me parece que la objetividad no existe en las llamadas ciencias sociales y humanidades, sino sólo perspectivas y puntos de vista más o menos plausibles, coherentes y fundamentados, con diferentes grados o refuerzos de evidencia con validez científico – académica. Ojalá existiera la total objetividad. Tal vez con ella sería este un mundo más feliz.

Zenteno: Te equivocas. También existe la objetividad en las llamadas ciencias sociales. Para eso son los debates, las ponencias y los ensayos, para plantear argumentaciones y destruir falacias.

Franco: El problema aquí es que en estas materias todos se sienten objetivos cuando hablan al respecto, claro, siempre desde sus puntos de vista, perspectivas, e incluso de voz de sus seguidores, rara vez neutrales o desapasionados, pero de ahí a afirmar que pueda existir total objetividad, creo que hay diferencia. Claro que en todo debate de nivel podría haber ganadores y es posible medirlo con cierta objetividad, con base en un método de evaluación, como ocurrió en este último debate de Axel Kaiser y Antonella Marty vs. académicos socialistas, que por cierto en porcentaje de votación de los asistentes ganaron aquellos (los derechistas), pero esto no deja de ser según la subjetividad sumativa de puntos de vista y perspectivas de los espectadores que lo presencian.

Zenteno: En mi visión Axel Kaiser no es más que un buen sofista, que no es objetivo porque oculta o desconoce fenómenos importantes de la realidad.

Franco: También es cierto que de declararse ganadores con base en un método válido a afirmar que esto pueda implicar que haya ganadores absolutos en un debate académico de nivel, hay gran diferencia. En sociales y humanidades no existen ganadores absolutos de un debate como si se tratara de futbol o de ajedrez.

Zenteno: La objetividad es la manera de ver las cosas como son y no como quisiéramos que fueran. En fenómenos sociales funciona igual. Por eso cuando no haces un análisis objetivo los resultados te llevan al fracaso. Esto funciona igual en la guerra.

Franco: En lo primero podríamos coincidir (la primera oración). Pero matizaría lo segundo diciendo que tampoco en eso hay objetividad, y si la hubiera, ¿quién la mediría? ¿Con qué autoridad o parámetros? ¿Acaso hay algún sistema social real en la historia que haya existido con resultados objetivamente satisfactorios desde el punto de vista de la ciencia? Y de existir, ¿podría ponerse en práctica hoy? ¿Sería viable? ¿Sería realista? La verdad es que no lo sé y me acojo en mi ignorancia socrática y mi escepticismo. Pero lo que sí se es que la historia ha demostrado también que ninguna ideología social, política o económica (al menos en los últimos dos mil años), de derecha, de izquierda, de arriba o de abajo, en su versión ideal, ha logrado hasta hoy concretar esa idealidad ética y liberadora en el mundo social real conforme a las expectativas y buena fe de sus teóricos. Esto me hace recordar, en mi afición al cine comercial, al incomprendido pero certero personaje de ficción de la franquicia cinematográfica de Jurassic Park, el matemático Dr. Ian Malcom y su teoría del caos, que se sustenta en la imprevisibilidad de sistemas complejos. Y a decir verdad, ¿qué puede haber más complejo que la sociedad humana?

Las opiniones vertidas en ejercicio de mi libertad de expresión son siempre a título personal. Por un mundo de paz y de respeto hacia toda persona, bienvenido el debate de ideas. ¡Que viva la diversidad y todo aquello que nos hace únicos!