Raymundo Isidro Alavez
Vicente Leñero Otero, de profesión periodista, poeta, dramaturgo, novelista y académico, en su obra Manual del periodismo, hace énfasis en que “el periodismo es una forma de comunicación social a través de la cual se dan a conocer y se analizan los hechos de interés público”. Estos hechos de interés público abarcan desde política, economía cultura y la vida social en la que se desenvuelve el individuo.
El periodismo es un recurso de información que nos sirve para generar conocimientos referentes a temas de actualidad, en la ciencia, en la tecnología, en arte y cultura, de faltarnos este recurso, Leñero y Carlos Marín recalcan “Sin el periodismo, el hombre conocerá su realidad únicamente a través de versiones orales, resúmenes e interpretaciones históricas y anecdotarios.” Entonces, ignorará los acontecimientos que marca su tradición de población en el mundo.
Todo profesional que abraza cualquier área de la Ciencia de la comunicación contribuye en el periodismo en distintas modalidades, ya sea: gráfico, escrito, radiofónico y audiovisual.
El profesional que abraza cualquiera de estas áreas de la comunicación contribuye al conocimiento, siempre y cuando se le permita ejercer la libre expresión al denunciar hechos sociales, sucesos políticos, contingencias y acontecimientos económico, además acciones de actores políticos en el ámbito local, nacional e internacional.
El estilo de cada comunicador será favorable para la credibilidad, que de este tengan sus lectores, observaciones en la vida política del país en donde se desenvuelve. De allí le será reconocidos sus méritos por su estilo para allegarse a su público lector y mantener las puertas abiertas para ser ocupado en diferentes medios.
Helguera Martínez fue distintivo por emplear el recurso de la caricatura en sus cartones de crítica política, el término caricatura proviene del idioma italiano caricare, que significa; cargar la mano, exagerar”. De ahí que las imágenes de los actores políticos, económico, guías ideológicos en varias partes de sus cuerpos están distorsionadas o se muestran deformaciones en su semblante, o disminución de algunos rasgos físicos acorde a lo que el lector quiera entender.
La sátira política se muestra en el perfil del actor político, con líneas sencillas delinea el contorno de la caricatura, el pequeño texto que acompaña a la caricatura a veces también son expresiones distorsionadas. La mayoría de las veces la clase política estos señalamientos emblemáticos lo tienen que soportar, en otros casos, se ha tratado de captar la divulgación de tal medio de información como sucedió en décadas pasadas.
Helguera confiado en que sus caricaturas no afectaba la imagen pública del aludido, aunque sus criticas fueras agraviantes con tales alusiones escritas, lo toleraban por carecer de mucha importancia o de paso le hacían propaganda al referido por ese medio. En determinada mesa redonda “Trazos que hacen trizas a la política” participaron dibujantes: Patricio del Milenio Diario, Rocha (La Jornada 9. Pedro Sol (El financiero y el Mismo Helguera (La jornada). Helguera confiado externó: “Frecuentemente la opinión de los caricaturistas no es tomada en serio, sobre todo por quienes son criticados por ellos, se desdeña esa opinión y se nos ve como si fuéramos locos. Como si estuviéramos haciendo un trabajo sin pies ni cabeza y el hecho de que nos vean así, lejos de ofendernos nos facilita las cosas porque nos dejan en paz y nos dejan hacer muchas cosas al amparo de que estamos locos.” Y eso que la imagen causa mayor impacto para el público.
La caricatura es arma muy poderosa para hacer propaganda política, así, también es instrumento ofensivo para el político oponente, desde luego para el lector le resulta tal comicidad motivo de risa a su vez objeto de ironía para el afectado. De aquí las palabras de Darío Fo, dramaturgo italiano premio nobel de literatura 1997. “La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor, ni siquiera los gobernantes que se llaman democráticos, porque la risa libera al hombre de sus miedos”, Con la salvedad de que determinados gobernantes que se jactan de ser democráticos cuando la prensa internacional resalta sus fallas los consideran por “pasquines”. El enojo que manifiestan, es distintivo de pensamiento autoritario.
Antonio Helguera fenecido el 25 de junio de 2021, justificó su trabajo creativo, capacidad de dar sentido sus trazos con la pluma, el lápiz y su talento de condensar en una caricatura su capacidad crítica con la siguiente alusión: “Si la caricatura no es crítica se vuelve propaganda. Y lamentablemente hoy es muy común descubrir en algunos periódicos caricaturistas acríticos o incluso alaban a la gente en el poder. Eso para mí ni siquiera es caricatura, sino propaganda, que además pierde el sentido del humor”
El estilo de participar en la política y en el periodismo fue motivo de obtener El Premio Nacional de Periodismo por dos ocasiones (1996) y (2002) En el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta de la Feria Internacional del Libro (FIL) Guadalajara 2017. Fundador de las revistas de El Chahuistle y el Chamuco, también el programa el Chamuco po TV, canal 22 y canal once y TV UNAM. Y Coautor de dos libros. El sexenio me da risa, Historia no oficial y el Sexenio me da pena. Con el “Fisgón” y Hernández.