Parly Roque
A través de textos anteriores habíamos expresado el inicio de una reconfiguración en la política mexicana, en general desde la política económica, social y el comportamiento de la población; esto ha sido, entre muchas otras cosas, por la llegada de las redes sociales y la transparencia con que se manejan diversos actores políticos a través de las mismas, llegando a conocer de otra manera a nuestros representantes.
Esto que hemos mencionado sobre el internet y las redes sociales también ha traído otro tipo de liderazgos, participación política y libertad de expresión. Desde luego esto aún no está debidamente reglamentado, la red es un ente intangible que debe de ser auto regulado en materia electoral.
En días pasados fuimos testigos de una decisión bastante controvertida y en consecuencia se establece un precedente en la regulación de la participación de los Influencers; la primera decisión que desde mi perspectiva fue bastante acertada fue establecer una multa de 40.9 millones de pesos al Partido Verde Ecologista de México, por violar la veda electoral al contratar a influencers para promover al partido, esta medida es acompañada con la pérdida prerrogativas en radio y televisión. Estas sanciones son bastante merecidas.
Sin embargo, el segundo caso me parece que no fue tan acertada la decisión, debido a que se multó al partido Movimiento Ciudadano y a Samuel Garcia, Gobernador electo de Nuevo León, por el apoyo recibido por su esposa Mariana Rodriguez a través de sus redes sociales.
Entre los Representantes de Partidos Políticos ante el INE y algunos consejeros Electorales, mencionaron palabras como: ente, persona física con actividades comerciales, mMarca como producto y entre otras. Estas palabras desde luego que generan bastante ruido pues desde un aspecto humanista, porque están quitándole la calidad de persona e incluso de ciudadana, para dejarla como un producto que no tiene el pleno uso de sus derechos como ciudadana.
Los consejeros electorales deliberaron respecto a que Mariana Rodríguez, debía de haber cobrado por la publicidad hecha en sus redes sociales a favor de su esposo Samuel, algo que desde mi perspectiva me resulta un tanto desatinado por parte de los consejeros del INE, están poniendo precio a la libertad de expresión y desde luego a la relación conyugal entre Mariana y Samuel, es muy normal ver cómo esposas de candidatos apoyan en las campañas y realizan el mismo proselitismo que sus esposos como señal de apoyo.
Este caso seguirá dando mucho de qué hablar pues desde luego es algo que se será desahogado y deliberado por el Tribunal Electoral, donde esperemos se compruebe que la libertad de expresión y el demostrar apoyo a tu esposo no tiene ningún precio.
Por ahora me despido y como siempre espero que me compartas tus comentarios en mis redes sociales.
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