De acuerdo con el filósofo griego Aristóteles, los seres humanos, desde que comenzaron a existir, tendieron a comportarse socialmente, predeterminado por sus necesidades materiales, por ello se les consideró en lo individual como animal político.
Ahora bien, a la política se le considera la “ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los estados y también se le conoce como una “actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país”.

En la actualidad es natural y hasta normal que en tiempos de elecciones las y los aspirantes aprovechen cualquier espacio para hacer política, es decir demostrar sus dotes, conocimientos y experiencia para que se les designe para ocupar el cargo al que aspiran.
Si bien la conseja popular indica que en la guerra y en el amor todo se vale, lo que no es permisible es que en aras por conquistar un puesto político se manche el escenario creado por otros y mucho menos se genere estridencia ensordecedora.

Intereses personales o de grupo se hicieron presentes en el tercer informe de labores legislativas del senador hidalguense Julio Menchaca, hombre mesurado y serio que gusta de mantener un tono de voz modulado.

Sin embargo la gritería y silbidos de grupos instalados del lado derecho de la parte trasera de la zona donde se desarrolló la actividad (Complejo Deportivo de la Revolución Mexicana) interrumpieron innecesariamente el desarrollo del acto público en el que el legislador dio a conocer lo hecho como represente de la Cámara Alta. Hay que anotar que desde ese sitio también se lanzaron porras hacia el delegado en Hidalgo de la Secretaría del Bienestar.

Entre los posicionamientos que allí se formularon destacó la presunción de que la alternancia política se acerca en Hidalgo, pero desde mi punto de vista se descuidó la forma, convirtiendo un acto de rendición de cuentas de carácter legislativo en un acto de campaña a favor del presidente Andrés Manuel López Obrador.