La vida está conformada de múltiples ciclos, gran parte de ella consiste en un abrir y cerrar ciclos, sin embargo, no siempre sabemos dar un corte adecuado, ni dar la importancia que tiene el hacerlo, incluso por esta razón los nuevos ciclos o etapas se vuelven más complejos.
Tanto si el ciclo estuvo lleno de satisfacciones como si no, es adecuado despedirse de lo que ya no es y admitir que las circunstancias cambiaron y que nosotros tampoco somos las mismas personas que los comenzaron y que atravesaron por ellos.
Cuando no cerramos ciclos vamos llevando lo que no aprendimos o desconociendo la experiencia que obtuvimos en estos.
Los ciclos abiertos nos impide, en primer lugar no advertir el aprendizaje y las herramientas que generamos al transitar por estas etapas.
Si lo que se vivió fue doloroso es probable que las heridas emocionales no sanen y que se eviten o se repriman para aparecer tarde o temprano.
Es necesario cerrar ciclos cuando una relación termina, al cambiar de empleo o de casa, al ir pasando entre una y otra etapa en el desarrollo personal.
En el caso de las relaciones de pareja no hacer un corte emocional puede mantenerte sin poder aceptar que la relación terminó, que el amor se acabó y que cada uno es libre de iniciar una nueva relación, si no es así resulta doloroso o da como resultado el resentimiento.
Hay quien aún después de años no logra superar lo sucedido lo que le impide dar lo mejor de si en una relación distinta o no considerar ser feliz estando soltero o soltera.
Cerrar un ciclo en ocasiones implica un duelo y para elaborarlo es necesario pasar por etapas muy similares como lo son: el enojo, la tristeza, la negociación, la aceptación y la gratitud.
Y reconocer igual que puedes extrañar lo que era, pero que extrañar no significa que sea conveniente volver a lo mismo, si aplicas el principio de realidad podrás corroborar que la fantasía es volver a lo que fue no a lo que es ahora.
Mirar la realidad ayuda a colocar un punto final, quizá con dolor y aun así determinar que fue la mejor decisión.
Entre los diferentes momentos para dar fin a un ciclo está la gratitud, cuando por fin experimentas un genuino agradecimiento es casi seguro que has cerrado el ciclo y estás en condiciones de continuar y construir otros con mayor éxito, no esperes que las personas o las circunstancias que van apareciendo o con las que vayas coincidiendo sean iguales a las que ya viviste, esto es un error que lleva a no van no valorar lo que hoy es.
Cierras ciclos cuando:
Aceptas que es momento de finiquitar el pasado.
Transitas por la tristeza, comprendiendo que esta será temporal, que pasará y por supuesto, ayudará mucho lo que hagas para que así sea, sin descuidar lo que hoy requiere atención, sin abandonarte.
Reconoces que aprendiste y eliges que sea útil.
Te despides con amor y gratitud, deseando lo mejor para la otra persona o agradeciendo lo que fue.
Cambias las creencias irracionales por ideas funcionales, por ejemplo: si piensas que terminar una relación es motivo para ser infeliz por años de algún modo te condicionas a no serlo, en cambio si eliges pensar que las relaciones terminan y que a pesar de esto tu vida continúa, que depende de ti estar bien es más probable que pronto actúes para concretarlo.
Saber distinguir los apegos y negarte a que estos produzcan sufrimiento te prepara para aceptar conscientemente que no todo, o casi nada, es para siempre.
La importancia de cerrar ciclos consiste también en tener la madurez para comprender que los capítulos inconclusos se repiten y que lo que no aprendes o aquello en lo que insistes cuando ya pasó su momento te sucederá una y otra vez limitando tu libertad y sabiduría para no aferrarte a nada ni a nadie.
Cerrar ciclos es aceptar cuando es necesario colocar el punto final y decidir que la vida, tu vida no termina, continúa, y por salud mental, para honrar tu existencia es necesario llevar el corazón dispuesto a no cargar a cuestas lo que te impide tener las manos libres para abrazar lo que seguramente está por llegar o que puedes y te corresponde crear de ahora en adelante.
A partir de despedirte generosa y amorosamente sabrás que al final todo lo vivido es parte de lo que eres ahora y lo que eres es una decisión propia: ser alguien lleno de dolor o ser una persona libre y plena que aprende y sabe emplear su experiencia. ¿Necesitas cerrar un ciclo? ¿Qué te impide hacerlo?… ¿Lo pensé o lo dije?
Un abrazo
@Lorepatchen
Psicoterapia presencial y en línea.