A dos días del festejo a la Virgen de Guadalupe, la celebración católica más importante de México, «La Villita» de Pachuca permanece vacía, en seguimiento a la suspensión de actividades que anunció el párroco del recinto religioso.

En recorrido, Síntesis constató la llegada de algunos feligreses a la Basílica Menor de Santa María de Guadalupe, mejor conocida como «La Villita», la cual mantiene su puerta principal cerrada y un anuncio «se suspenden peregrinaciones»; sin embargo, si se puede ingresar a la iglesia por una entrada frontal.

«Vine a rezarle a la morenita y encontré que está cerrada, pero ya me dijo el ‘poli’ que si puedo pasar», compartió una adulta mayor con los ojos llorosos, quien lamentó que por segundo año consecutivo no se hagan la festejos que la virgen merece».

Al interior de La Villita, una pizarra con información sobre el significado del 12 de diciembre y la invitación a seguir las misas virtuales recibe a los pocos visitantes, quienes ingresan a dedicar una plegaria, agradecimiento o petición a la inmaculada.

A pesar de que no habrá peregrinaciones este año, personal de la Secretaría de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad de Pachuca hace guardia frente a la Basílica Menor para regular la circulación de vehículos y resguardar a los feligreses que visiten la zona.

Sin festejos no hay venta

Otra de tradición que envuelve los festejos guadalupanos es vestir a la niñez de Juan Diego o la propia virgen, por ello, en el primer cuadro de la capital hidalguense ya se observan puestos que ofertan dicha vestimenta.

Los precios de la ropa típica oscilan entre los 150 y 250 pesos, dependiendo del tipo de tela y bordado; y 50 pesos por unos huaraches; «si no hay festejos no hay buena venta», indicó una vendedora ambulante.