Salvador Franco Cravioto
Matices y claroscuros
La libertad significa que no tienes obstruido vivir tu vida
como tú eliges. Algo menor es una forma de esclavitud
Wayne Dyer

La opresión de los poderosos sobre los débiles, desprotegidos o desposeídos ha sido una constante a lo largo de la historia; en consecuencia la idea de libertad como valor y prerrogativa inherente a la dignidad humana ha sido también una constante fundamental, cuya lucha ha dado lugar a incontables resistencias, revueltas y revoluciones frente al orden injusto y el poder despótico de las clases dominantes. Habitamos pues -como miembros del reino animal- un mundo con jerarquías naturales y en permanente conflicto tribal e interpersonal de los unos frente a los otros, en muchas ocasiones en detrimento de la libertad individual o colectiva.
Si bien existen y han existido muchas otras formas e instituciones de opresión y dominación en el curso de la historia, un hecho casi permanente -aunque hoy teóricamente abolido en Occidente- ha sido la esclavitud, que es la relación de propiedad y control total o parcial de la vida de un ser humano por otro. Empero desde hace al menos un par de siglos la esclavitud -como vulneración típica de la libertad- se ha ido transformando en mecanismos cada vez más sofisticados de restricción al derecho a la libertad. Señala por tanto Evelyn Reed que en realidad “No es el trabajo, sino la explotación y el trabajo forzoso lo que atormenta a los seres humanos”.
Así pues, una vez que hemos puesto en breve contexto la lucha histórica por la libertad y los derechos de libertad, diremos que en el marco del derecho genérico a la libertad podemos mencionar derechos tales como el derecho a no ser sujeto a trata de personas, el derecho a no ser privado ilegalmente de la libertad bajo ninguna forma o justificación, el derecho a no ser sujeto a detención arbitraria o a retención o reclusión ilegal; así como otros derechos civiles tales como los relativos a las libertades de tránsito; de creencias, conciencia y objeción de la misma, o de expresión, reunión y asociación; en un afán de citar exclusivamente algunos derechos de libertad ampliamente reconocidos, a los que podríamos agregar -de cuño más reciente- los derechos a la libertad sexual y reproductiva y el derecho al libre desarrollo de la personalidad.
Abundaremos más adelante en forma específica algunos cuantos de ellos por su relevancia universal e intentaremos relacionarlos en ocasiones cuando esto sea pertinente, atendiendo así a la característica de interdependencia atribuida a los derechos humanos. Entretanto dejaremos sentado que el reconocimiento de los derechos de libertad y el derecho genérico a la libertad -sin adjetivos- han sido una enorme e inacabada conquista social y humana que debe ser defendida e incluso protegida de sus potenciales conflictos con el valor antitético pero igual en importancia de la igualdad y los derechos de igualdad, los cuales veremos más adelante.