Tras el conflicto entre Rusia y Ucrania que se ha desatado en los últimos días y que pudiera escalar hacia una hecatombe es menester analizar varios puntos del porque Rusia busca afanosamente hacerse con el control de Ucrania; solo de esta forma se podrá tener un análisis más objetivo tratando de entender los porqués más que los cómo.
1.- Rusia se ha visto invadida dos veces durante los últimos dos siglos por ejércitos que entraron desde Europa Occidental, por las grandes planicies de Prusia y de Ucrania, donde no hay ningún obstáculo natural que realmente protegiera a la famosa “madre patria”.
El costo pagado por el pueblo ruso en ambos casos fue enorme. Hay cierta lógica en el comportamiento de Putin de no querer permitir un acercamiento de Ucrania a Occidente, o una ofensiva de occidente hacia el oriente, es decir, hacia Rusia.
2.- Según Thomas Friedman, el columnista internacional del The New York Times, Estados Unidos nunca debió alentar ni permitir el ingreso de las repúblicas bálticas, Polonia o Rumanía, a la OTAN, en lo que fue desde un principio una clara provocación a Rusia, totalmente innecesaria ante un país postrado después de la caída de la Unión Soviética.
Y como lo llegó a externar Kissinger, Estados Unidos, desde hace varios años, debió haber sido mucho más claro en decir que Ucrania no entraría nunca a la OTAN, argumentando simplemente una razón: porque no.
3.- Salvo estos últimos 32 años, y desde el Siglo XIV, Ucrania nunca ha sido un país independiente. No hay claramente una separación histórica, cultural, religiosa, lingüística, entre Rusia y Ucrania: en realidad no se entiende la existencia de ninguno de los dos sin la del otro. Esto no justifica la invasión de Putin, pero la explica en parte. Y este conjunto de elementos contribuyen mucho si tratamos de entender por qué Putin actúa de una manera que podría parecer irracional.
4.- Lo que está en juego es la recomposición de la geopolítica mundial en donde Rusia quiere establecer las reglas del juego con miras a su regreso al escenario internacional como potencia de primer orden. Si bien es cierto que Crimea fue donada en 1954 por parte de los soviéticos (Nikita Jrushchov) a Ucrania en el marco de la luna de miel que experimentaban las regiones que componían la antigua Unión Soviética, Rusia no ha dejado que la región quede en manos del destino.
5.- Con la deconstrucción de la URSS, Rusia fue degradada de su posición de súper poder internacional. Se convirtió en un poder disminuido y enclavado en una geografía hostil entre China y la Unión Europea, empujado a lidiar primordialmente con asuntos regionales. Para el liderazgo ruso, esta situación no solo es inaceptable, sino inédita desde la formulación de las aspiraciones imperialistas rusas del nacionalismo eslavófilo del que escribía Dostoievski o el excepcionalismo eurasiático de la década de 1920. Para Moscú, el lugar justo en el mundo para Rusia, su espacio vital, se extiende dentro de Europa central.