Por: Alejandro Moreno*
Como parte de la política pública que debe desarrollar el gobierno del Estado mexicano, la política exterior no sólo se constituye como una herramienta fundamental para proteger la integridad del territorio, haciendo prevalecer en todo momento la soberanía nacional, sino que también es el medio idóneo para activar mecanismos que impulsen e incrementen la calidad de vida de la población.
Lamentablemente, al igual que la política interna, la política exterior de México se encuentra extraviada bajo la dirección de un régimen morenista improvisado, prejuicioso, reduccionista y rebasado no solo por la realidad nacional, sino también por la internacional.
Sin capacidad de articulación, durante cuatro años este gobierno ha vivido ensimismado y sin mayor propuesta o causa al exterior, provocando que México perdiera grandes oportunidades para impulsar una sociedad internacional más igualitaria y justa, y lo poco que ha hecho ha sido nefasto para el interés nacional.
La política exterior y la política interna deben caminar por pistas paralelas, pero en un mismo sentido: buscando la prosperidad de las personas y el imperio del derecho, así como la defensa de los derechos humanos, siendo a final de cuentas uno de los ocho principios constitucionales que deben regir nuestra política exterior.
¿El interés nacional de México se encuentra en obstaculizar la realización de cumbres internacionales que pueden convocar a la conjunción de esfuerzos para hacer frente no solo a las consecuencias de una grave situación económica, sino también a un contexto de guerra? Definitivamente no.
Esas actitudes obedecen a intereses mezquinos, pero no a los de la Nación mexicana.
Como ha quedó demostrado a lo largo de los gobiernos emanados del PRI, la política exterior es un instrumento imprescindible y eficaz para promover el desarrollo económico de nuestro país, al tiempo de contribuir a la paz, cooperación y prosperidad de la región y del mundo.
Pero con Morena no es así. En su visita a cinco países hermanos de Centroamérica y el Caribe, el Poder Ejecutivo Federal no impulsó la cooperación para el desarrollo de esas naciones, sino que en los hechos diezmó la relación con Estados Unidos en un afán de impulsar programas personalistas e ineficaces que en México no han tenido ningún resultado positivo para superar la pobreza, disminuir la delincuencia e impulsar el desarrollo.
El grupo en el poder está siendo irresponsable ya no solo con las y los mexicanos, sino también con nuestros hermanos latinoamericanos.
Morena encabeza el peor gobierno que haya tenido nuestro país en su historia y las consecuencias de su miopía internacional traerá graves consecuencias para nuestro pueblo. No es con improvisación, caprichos ni necedades como se erige el prestigio y respeto a una Nación.
*Presidente Nacional del PRI.