¿Quién debe resolver las causas de la migración obligada por necesidad económica y de manera creciente, por amenazas de grupos organizados a la vida que llevan a la huida del país de origen?

La migración sin registro legal y en amplios números, es un tema que se mantiene prácticamente en todo el mundo, con focos de crisis en países como México, y quién tiene la capacidad y la responsabilidad de diseñar y aplicar soluciones es uno de los temas más importantes, pero en los hechos, ideas, proyectos y aún planes concretos no han funcionado.

Ahora el gobierno mexicano preparará en conjunto con 10 países una nueva propuesta en una reunión a fines de este septiembre o inicios de octubre, la cual se expondrá al presidente estadunidense Joe Biden en noviembre próximo, y donde el eje se perfila como dar recursos estadounidenses contra las causas que generan la migración.
De antemano, la perspectiva de que un plan así avance es muy pobre.

Hasta ahora, lo que ha habido son acciones para administrar los numerosos grupos de migrantes que llegan a México, cruzan su territorio y tocan a las puertas estadunidenses, como las que se aplican desde enero pasado, las cuales amplían las vías legales y castiga los flujos ilegales.

Apenas en julio pasado funcionarios estadounidenses revelaron que la Casa Blanca propondría a México un nuevo programa en materia migratoria para refugiados de Cuba, Nicaragua, Venezuela y otros países, pero sin dar detalles.

Pero atender las causas de una manera estructural no se ha dado ¿por qué?
En Estados Unidos la migración es un asunto politizado que ya se usa con fines electorales. En general, los seguidores republicanos rechazarían de inmediato cualquier programa que destinara recursos a mitigar las causas, y se ve difícil que los demócratas intenten algún proyecto de esa naturaleza. Esta situación se mantendrá al menos hasta enero de 2025, cuando asuma el nuevo jefe de la Casa Blanca, y llegue con nuevas ideas, o eso se espera y desea.

La criticada Organización de las Naciones Unidas (ONU) por su presunta inacción, en realidad no tiene los recursos suficientes para aplicar programas de desarrollo económico o de persecución de los grupos que amenazan a la población y obligan a la migración.
¿Y qué hay de los países de donde salen los migrantes?

Sin duda, Haití es el país con menor capacidad de maniobra. Apenas este septiembre su primer ministro Ariel Henry insistió en la necesidad de una fuerza multinacional para combatir a las bandas que controlan zonas completas de la capital Puerto Príncipe y otras ciudades, las cuales cometen todo tipo de crímenes contra la población. Por supuesto que requiere recursos para su desarrollo económico y combatir la pobreza, pero primero necesita reducir de manera drástica la criminalidad y para ello necesita de una misión multinacional que aguarda la aprobación del Consejo de Seguridad.
Venezuela por su parte se encuentra en proceso electoral presidencial, ocupada en la elección primaria de la oposición del próximo 22 de octubre, donde se espera que participe María Corina Machado, favorita según los sondeos, pero inhabilitada para ejercer cargos, lo cual avizora un nuevo foco de tensión con el gobierno de Nicolás Maduro.
En lo económico la inflación en el pasado agosto se colocó en 13.6 por ciento, lejos de las cifras de tres dígitos pero la más alta desde el pasado febrero, con números oscilantes de sus exportaciones petroleras, que el pasado agosto se colocaron en 68.48 dólares el barril, 8.2 por ciento más que en agosto.

El país sudamericano registró recuperación económica en 2022, con más del 15 por ciento de crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB), pero el problema parece encontrarse en el reparto de la riqueza, donde la generada no llega a amplios grupos sociales. Un problema importante, es entonces, el reparto, no la generación de riqueza.
Estos dos países parecen ser los extremos del abanico de las muy diferentes realidades sociales y económicos de los países latinoamericanos de donde provienen los migrantes, lo que dificulta sino es que hace imposible un solo plan sobre el asunto. Y mientras estudiosos y analistas sopesan las variables, los migrantes continúan llegando de una forma incesante.

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