Lic. Pascual Mendoza Miguel

Hoy en día no ha sido posible determinar con exactitud el tiempo en que el ser humano pisó por primera vez este planeta, aunque sí se tiene una idea aproximada de cuándo las y los primeros habitantes decidieron vivir y convivir en sociedad. Afortunadamente existen registros de la época en que, como especie y en conjunto, decidimos que una o más personas tendrían el poder de gobernar. Pero ocurrió que en diferentes épocas y territorios geográficos sus líderes y representantes abusaron de su poder, lo que trajo como consecuencia injusticia, pobreza, marginación y violación repetida a sus derechos humanos.
En respuesta, durante varios siglos hubo intentos por frenar esa situación, pero con poco o nulo éxito, por lo que en el siglo XIX surgió la figura del Ombudsman, que significa “Defensor del Pueblo”, luego, fueron surgiendo nuevas formas individuales y colectivas de reclamar la forma en que vivían las personas siempre bajo el yugo de su gobernante en turno.
Así pues, el 24 de octubre de 1945 entró en vigor la Carta de Naciones Unidas a partir de la cual se creó la Organización de Naciones Unidas (ONU), como una consecuencia de la forma en que había concluido la segunda guerra mundial, es decir, fue la respuesta internacional a intentar impedir que sucediera un hecho más, que violentara de manera grave los derechos humanos de las personas, ya que en esa guerra sucedieron hechos atroces y espeluznantes, como la matanza del pueblo judío “a manos” del ejército Alemán.
Pero no era suficiente que se creara una organización que uniera a varios Países en el mundo (59 en esa época, hoy 193), ya que era necesario crear un documento “base” para decir qué eran los derechos humanos y después como hacerlos válidos, y así el 10 de diciembre de 1948 nació la Declaración Universal de los Derechos Humanos en donde teniendo como base 30 artículos se enuncian diversos derechos y libertades mínimas con las cuales cada ser humano debería poder disfrutar por el simple hecho de ser persona.
Este documento sugiere a los países defender y garantizar a las personas a que exista, respeto, libertad, justicia e igualdad, entre las personas, los pueblos y las naciones; persiguiendo el contenido de la Carta de Naciones Unidas que buscó como principales propósitos: Mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar las relaciones de amistad entre las naciones, y; resolver los problemas internacionales a través de la cooperación de los Países, siempre bajo la tutela de la ONU, y por ende, el respeto de los derechos humanos de las personas en nuestro planeta.
En consecuencia, año con año se fueron sumando países, primero para integrarse a la Organización de las Naciones Unidas, de la que México es parte, y luego, de manera voluntaria al cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Paralelamente en México se gestaron diversos movimientos en la defensa de los derechos humanos; en el año 1990 por decreto presidencial surge la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), y más tarde, en el año de 1992 a través de diversas reformas se impulsa a que en todas las entidades federativas (incluida Hidalgo) se crearan por decreto gubernamental los Organismos Públicos de Defensa de los Derechos Humanos.
En ese camino a la búsqueda de la paz, el respeto a los derechos humanos y el apoyo mutuo de la comunidad internacional, es que cada continente decidió de manera territorial crear órganos e instituciones, surgiendo así el Sistema Interamericano de protección a los derechos humanos en nuestro continente, que lo integra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con sede en Washington, Estados Unidos de América y la Corte Interamericana de Derechos Humanos con oficinas en San José, Costa Rica.
Ambas instancias buscan objetivos en común, por un lado promover y proteger los derechos humanos en nuestro continente, y por el otro, emitir sentencias en contra de los Estados (Países) para legislar, corregir vicios en el actuar de los personas servidoras públicas y reparar la violación a los Derechos Humanos de las víctimas.
La mejor manera de conmemorar el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos, es informarse sobre los motivos que originaron su creación, además hacer conciencia en los retos que aun enfrentamos como sociedad; la invitación es a sumarse a la conmemoración, conocer cada uno de los artículos que le conforman desde su casa, oficina, trabajo o espacio recreativo.

Así que ya lo saben, existen Instituciones que les protegen y velan por sus derechos, les esperamos en mi casa, tu casa… la casa de los derechos humanos.

*Lic. Pascual Mendoza Miguel
Titular de la Visitaduría Jurídica Adjunta Metropolitana de la CDHEH