Por: Arturo Moreno Baños
1. Jamás hubo una nación recuperada. El territorio que hoy es México consistía de decenas de naciones indígenas con lenguas, hábitos, y religiones diferentes.
2. A partir de la Conquista de México, la monarquía española y la iglesia católica se encargaron de saquear a toda América Latina para financiar sus lujos y sus guerras. La monarquía española nunca tuvo visión a largo plazo. Prefirió un pueblo analfabeto que uno progresista.
3. En la década de 1780, el rey de España Carlos III, llevó a cabo varias reformas, entre éstas, La Desamortización de bienes eclesiásticos, incluyendo los de la Nueva España.
4. En 1788 el rey Carlos IV recibió el imperio español en la ruina y él se encargó de hundirlo aún más, delegando todas sus responsabilidades al joven —Manuel Godoy, de tan sólo 25 años de edad— amante de su esposa, María Luisa de Parma.
5. En 1799 llegó a su fin La Revolución francesa, con el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte.
6. Todo el reinado de Carlos IV fue caótico, por lo tanto, se vio obligado a abdicar en 1808 (tras el motín en el palacio de Aranjuez) a favor de su hijo Fernando (quien orquestó la conjura de El Escorial en contra de su padre un año atrás), pero Napoleón rechazó su nombramiento. Fernando VII devolvió la corona a su padre sin saber que Carlos IV ya se la había cedido a Napoleón, quien automáticamente nombró a su hermano José.
7. Aquí viene la razón número uno para llevar a cabo un movimiento “independentista”, entre comillas: el dinero y las propiedades de la iglesia.
La Desamortización de bienes eclesiásticos en México. La iglesia católica llevó a cabo un plan para proteger sus bienes en América latina de Napoleón: orquestar las independencias. Esto parece de película, y lo primero que uno se pregunta es ¿con qué fundamentos?
Lo más fácil: la liberación del pueblo oprimido, los indios maltratados por los españoles, esos indios que a la iglesia no le preocuparon por 300 años.
Para comenzar, los religiosos contaban con el “Itinerario para párrocos de indios”, que les permitía tomar las armas “cuando haya alguna grave necesidad y utilidad grande de la República”. Se nos ha hablado sólo de Miguel Hidalgo y José María Morelos, pero hubo alrededor de 400 sacerdotes al frente de este levantamiento. 100 de ellos fueron ejecutados tras el cargo de traición.
8. El sábado 15 de septiembre de 1810, a las 11 de la noche, no ocurrió nada. Miguel Hidalgo no tañó la campana ni llamó “a coger gachupines”. Fue hasta la mañana siguiente, el domingo 16, que el cura Hidalgo, en la misa de siete u ocho de la mañana, que les pidió que fueran por palos, machetes y lo que hallaren.
9. Los siguientes 10 meses (el lapso que duró este levantamiento), se desbordó el pillaje y un sinfín de crímenes contra los combatientes. Cabe recordar que después de tomar Guadalajara, Hidalgo se hizo llamar Su Alteza Serenísima.
10. Ésta era la filosofía de nuestro libertador Morelos en sus retrógrados Sentimientos de la Nación: “Que la Religión Católica sea la única, sin tolerancia de otra…”. “…que los gachupines se vayan a su tierra o con su amigo el francés que pretende corromper nuestra religión”, este cura inquisidor se refiere a las tropas liberales de Napoleón que llevaban por toda Europa la ideología laica, democrática e igualitaria de la Revolución francesa.
11. La independencia se consumó 10 años después: el 27 de septiembre de 1821, por un acuerdo entre el nuevo virrey, Juan O’Donojú, y los líderes de los insurgentes (Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, quienes llegaron a un acuerdo llamado El abrazo de Acatempan, lo cual fue literal, sin masacre, ni derrota.
12. Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú (en los tratados de Córdoba en 1821) acordaron crear una comisión de gobierno en lo que se solucionaba el problema en España. Es decir que en realidad no había realmente una independencia, aunque se supone que iba a ser un reino independiente. Simplemente se le estaba cuidando el changarro al rey Fernando VII, (o cualquiera de los Borbones que quisiera venir a tomar el puesto de rey) quien finalmente despreció la joya que le ofrecían.
13. El congreso mexicano le ofreció el trono a Agustín de Iturbide. Lo coronan el 21 de julio de 1822. Luego el mismo congreso decidió matar al emperador, quien para salvar su vida disuelve el congreso. En marzo de 1823 abandona el imperio mexicano tras enterarse que los masones gringos y Simón Bolívar lo quieren matar. Lo espían en Europa.
14. Antonio López de Santa Anna, Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero se levantan en contra de Iturbide.
15. Porfirio Díaz cumplía años el 15 de septiembre, y cada año celebraba en el Palacio Nacional en compañía de toda la aristocracia. En la plaza del Zócalo, había verbena popular. En 1896, Porfirio Díaz hizo llevar la vieja campana de la iglesia de Dolores. El 15 de septiembre Porfirio Díaz replicó la campana, pero no gritó nada. Venustiano Carranza fue el primero que dio el grito de los héroes “que nos dieron patria”.