En el marco del Día Mundial de las Malformaciones Congénitas, la Secretaría de Salud del estado de Hidalgo (SSH) hizo un llamado a consumir de ácido fólico y así prevenir dichas enfermedades.
De acuerdo a especialistas de la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH), las malformaciones afectan la anatomía, funcionalidad, crecimiento, maduración y metabolismo de una persona desde su nacimiento.
Dificultan la adaptación del individuo al ambiente extrauterino, pudiendo causar la muerte o generar discapacidad en diferentes etapas de la vida.
Entre los trastornos congénitos más frecuentes están el síndrome de Down, las malformaciones cardíacas, los defectos del tubo neural, y los defectos craneofaciales.
En la entidad durante el 2023, se presentaron ocho casos de anencefalia (que representa una tasa de 0.2 x 1000 nacidos vivos), dos casos de encefalocele (0.04 x 1000 RNV), dos casos de mielomeningocele (0.04 x 1000 RNV), dos meningocele (0.04 x 1000 RNV), y 14 de microcefalia (0.27 x 1000 NV).
Respecto a los defectos craneofaciales, se presentaron: dos casos de hidrocefalia, 21 casos de labio y paladar hendido, uno de macrocefalia y 12 de microtia (defecto en el que la oreja, por no formarse correctamente, es pequeña).
El ácido fólico es una vitamina del complejo B, reduce hasta en un 70 por ciento, los casos de malformaciones del tubo neural, cierto tipo de defectos del corazón, o el labio y paladar hendido, cuando los bebés están en formación.
El folato (la forma natural del ácido fólico), se encuentra principalmente en verduras verdes oscuras, huevo, cereales, frijoles, lentejas y frutas cítricas. También, en algunos alimentos procesados como el pan, la pasta, y algunos cereales que han sido enriquecidos con esta vitamina.
Al ser hidrosoluble, el ácido fólico se disuelve en agua, por ello el cuerpo no lo almacena y se necesita un suministro continuo para mantener sus niveles óptimos en el organismo.
En México, la vigilancia epidemiológica de los defectos congénitos comenzó a finales de la década de 1980 debido a un aumento en la incidencia de defectos del tubo neural, especialmente la anencefalia, en el norte del país.
En 1988, el Instituto Nacional de la Nutrición «Salvador Zubirán» realizó un estudio transversal sobre estas malformaciones, lo que llevó a la creación de un sistema específico de vigilancia epidemiológica que se mantiene hasta el día de hoy.
Se calcula que cada año 303 mil recién nacidos fallecen durante las primeras cuatro semanas de vida en el mundo debido a anomalías congénitas. El mielomeningocele continúa como el defecto de tubo neural más frecuente con una incidencia de 11.03 casos por cada 100 mil recién nacidos vivos (RNV), seguido por la anencefalia con 7.44.