Tus derechos
Nos encontramos en pleno 2025, donde disfrutamos el gran avance en el desarrollo tecnológico y científico… la era de la inteligencia artificial, las misiones de exploración a Marte de la NASA; la Edición Genética con CRISPR que permitiría modificar el ADN de manera precisa (con el potencial de curar enfermedades genéticas y revolucionar la biotecnología), la biocomputación que fusiona neuronas humanas con chips electrónicos y la transición hacia el uso de energías sostenibles y menos dependiente de combustibles fósiles… ¿No le parece a usted una maravilla vivir en esta época?
Pero todo este avance se opaca si pensamos en que siguen persistiendo fenómenos sociales tan “rupestres” como es la discriminación, que es alimentada por el desconocimiento, la intolerancia, el sentir de superioridad y el odio hacia lo que “se ve diferente”. Más precisamente nos vamos a referir al racismo, que sigue siendo una de las formas frecuentes de violencia y exclusión en el mundo. Las personas afrodescendientes, indígenas, las personas de piel morena o aquellas de otra nacionalidad, continúan enfrentando barreras en el acceso a derechos básicos como educación, salud, empleo y justicia.
En México, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS, 2022), el 24.1% de la población indígena ha sido discriminada en algún ámbito de la vida pública, mientras que el 23.3% de las personas afrodescendientes ha enfrentado barreras directamente debido a su color de piel. A esto se suman prejuicios normalizados en la vida cotidiana: desde chistes hirientes, memes, hasta el rechazo en la contratación de personal, el perfilamiento racial en la mercadotecnia y publicidad; la falta de intérpretes de las lenguas originarias en procesos judiciales, la segregación en establecimientos, así como una menor representación de personas racializadas en cargos públicos.
La discriminación racial también se refleja en la brecha salarial y la precarización del empleo. De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), las personas indígenas tienen ingresos en promedio un 40% menores que el resto de la población, y enfrentan obstáculos para ascender en sus trabajos debido mayoritariamete a estereotipos raciales. En educación, la situación es igualmente preocupante: las tasas de analfabetismo entre la población indígena triplican las del resto del país, lo que perpetúa un ciclo de exclusión.
El 21 de marzo es el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, es una fecha para combatir la discriminación racial pero implica reconocer primeramente su existencia y transformar las estructuras que la perpetúan.
En Hidalgo y en todo México, es urgente fortalecer políticas públicas que garanticen igualdad de oportunidades, así como generar espacios de representación real para comunidades racializadas. La erradicación del racismo no es una tarea exclusiva de los gobiernos: es una responsabilidad compartida que requiere una sociedad crítica, informada y dispuesta a cuestionar sus propios privilegios.
La lucha contra la discriminación racial no es simbólica; es una demanda de justicia, dignidad y derechos humanos. ¿Estamos listos para asumir el reto?
Si deseas profundizar más en el tema te recomendamos el libro “Las élites de la Ciudad Blanca, Discursos racistas sobre la Otredad” editado por el Centro Peninsular en Humanidades y en Ciencias Sociales (CEPHCIS) de la UNAM y que puedes leer gratuitamente en este link: https://www.cephcis.unam.mx/wp-content/uploads/2020/04/14-elites.pdf
Referencias
• Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED). (2019). Informe de discriminación racial y étnica en México. Ciudad de México: CONAPRED.
• Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2020). Estadísticas sobre discriminación en servicios públicos. Recuperado de https://www.inegi.org.mx
• García, M., & Sánchez, J. (2022). Discriminación en el empleo: desafíos y perspectivas en la iniciativa privada. Revista de Estudios Laborales, 15(2), 45-63.