Por Jorge Esqueda

Japón es el más reciente ejemplo en este primer cuarto del siglo XXI, tanto del avance de la mujer en las posiciones políticas de mando como de las políticas que se consideran conservadoras.
En efecto, en días pasados Sanae Takaichi logró el liderazgo del Partido Liberal Democrático (PLD) y este martes 21 de octubre fue electa como primera ministra gracias al apoyo del Partido de la Innovación de Japón (PIJ), con lo que se sumó al selecto grupo de mujeres que hoy en día llevan las riendas políticas de un país.
En su gobierno no será la única mujer, pues en el ministerio de Finanzas estará acompañada por Satsuki Katayama, y por Kimi Onoda en el de Seguridad Económica, de suerte que por primera vez en la historia japonesa, el gobierno en su conjunto y su importante ministerio de Finanzas, son ya encabezados por mujeres, con el total de dos ministerios en manos de mujeres, curiosamente tres menos que en el gabinete en funciones de 2021 a 2024.
Takaichi de 64 años de edad, ha sido electa diez veces representante del segundo distrito de la prefectura de Nara, en el centro sur japonés, y ha ocupado los ministerios de Asuntos Internos y Comunicaciones; de Estado para Seguridad Social; encargada del ministerio de Ciencia y Tecnología; de Estado de Economía, Comercio e Industria; presidenta del comité de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología, así como presidenta del Consejo de Investigación de su partido.
Su carrera, la cual incluye un breve paso como baterista de una banda de heavy metal, muestra que de ninguna manera es una improvisada, sino que ha trabajado duro, parte del tiempo en el equipo del asesinado primer ministro Shinzo Abe, conocido por la política económica del “Abenomics”, de estímulos económicos gubernamentales, expansión monetaria y reformas como flexibilizar el mercado laboral o las normas para alentar la inversión extranjera.
Y si bien su carrera política muestra que su llegada al liderazgo gubernamental está muy lejos de ser una casualidad, también revela cambios sociales en el papel de la mujer japonesa, pues por señalar solo al ámbito de la política, para fines de 2024, en la Dieta o cámara de representantes, el 10 por ciento de sus miembros era mujer, mientras que en la cámara baja, ese porcentaje se duplicaba y llegaba al 26 por ciento, creando así otro muro que se suma al “de bambú”, equivalente japonés al occidental “techo de cristal”, para señalar las limitaciones sociales al ascenso de las mujeres.
Esas bajas cifras de participación política reflejan una situación que también afecta al conjunto de la sociedad del país asiático, señala un estudio del Japan Policy Forum, que explica el papel de responsable del hogar de la mujer japonesa, el cual complica su participación política.
Así, para la mujer japonesa la llegada al poder de Takaichi podría mostrar cambios en la sociedad, aunque de manera paradójica, que irían de la mano con el fortalecimiento de concepciones tradicionalistas en otros campos. Y como muestra es que la jefa del gobierno japonés ha dicho que buscaría convertirse en la “Dama de Hierro” de su país, una remembranza de Margaret Thatcher, quien desmanteló instituciones y políticas en Reino Unido.
El camino hacia las concepciones tradicionalistas está por darse, pues se ha recordado su rechazo a que las mujeres conserven su apellido de solteras tras su matrimonio, algo peleado en otros confines del mundo, o al matrimonio entre personas del mismo sexo, también una demanda en varias partes del orbe y que son parte central del mundo al cual se opone la ola conservadora actual.
Importante son sus propuestas para fortalecer las condiciones de los hogares, como la deducción parcial de los honorarios a niñeras y exenciones fiscales a empresas que ofrezcan a sus trabajadores guarderías.
Empero, su perfil conservador preocupa cuando se conoce que está a favor de eliminar restricciones a las Fuerzas de Autodefensa de Japón, que sustituyen al prohibido ejército, una herencia por su papel en la II Guerra Mundial.
Será importante seguir la visita del presidente estadunidense Donald Trump a partir del próximo lunes 27, pues Takaichi, recuerda la BBC, trabajó en los años 80 del siglo pasado en el equipo de la congresista demócrata estadunidense Patricia Schroeder, estancia en donde percibió que Japón carecía en Estados Unidos de una imagen clara y diferente respecto de las de China y Corea del Sur, lo que la llevó a concluir que el estadunidense tenía una visión superficial de Japón.
Ahora recibirá a un mandatario que ha cuestionado y exigido a Japón que acepte las consecuencias de su “América Primero”, y se verá como una mujer, la primera en dirigir al llamado país del Sol Naciente, lo enfrenta, en el marco del dato de que la política de aranceles estadunidenses ya generó la caída del 10.2 por ciento de las exportaciones japonesas a Estados Unidos en el segundo y tercer trimestres del año.
De salida: simplemente vergonzosa la respuesta gubernamental a los millones de estadunidenses que se manifestaron en contra de la actual política de la Casa Blanca, y más aún el video donde el presidente con corona de rey, bombardea con excremento a esos manifestantes.

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