Mantener vivo el nombre de personajes celebres es acto de justicia, mencionar sus nombres es acto de elogio a estos prohombres, se inmortalizan por los aportes a la ciencia, filosofía y a la técnica. Permanecen en el paraíso del recuerdo por los beneficios hacia la humanidad, a veces por el daño ocasionado a la sociedad, al reino animal y a la naturaleza.  Los nombres de próceres son recordados por actos distintivos en su tiempo, son gran legado a la posteridad. Escribir sobre ellas o ellos, es rendirle merecido homenaje.

Hoy 22 de enero se cumple 94 años del fallecimiento del Ingeniero en minas Gabriel Mancera García de San Vicente, el ilustre hidalguense nacido en Pachuca Hidalgo, fue también, empresario minero, político con ideas liberales, inversionista ferrocarrilero y filántropo. Su actividad altruista beneficio varios albergues y becas a niños del Colegio de Vizcaínas.

Gabriel Mancera es conmemorado porque llevó a la práctica las palabras de otro de sus iguales en pensamiento, las frases simbólicas de Justo Sierra sellan con tinta indeleble la senda de hombres de bien. “No es lícito al universitario pensar exclusivamente para sí mismo” y que no “podemos olvidarnos nunca moralmente de la humanidad ni de la patria”.  Esta expresión y más, con profundo contenido fueron vertidas el 22 de septiembre del mismo año al crearse la Universidad Nacional de México hoy Universidad Nacional Autónoma de México.

La propuesta de creación de la Universidad Nacional de México fue emergida de Justo sierra desde 1881 en su calidad de diputado federal. Antes la institución educativa de nivel superior dependió del Ministerio de Instrucción Pública y de Bellas Artes, creada en 1905 bajo la dirección del “Maestro de América”. Así se le conoce a Justo Sierra. Además, es reconocido por sus dotes de periodista, literato, historiador; pedagogo y político.

Gabriel Mancera fue representante del gobierno mexicano en la exposición en Filadelfia, visita que le sirvió para expandir su espíritu creativo en torno a la construcción de vías férreas en el estado de Hidalgo y otros tramos del Valle de México. Promotor ante Porfirio Díaz para que El Chico fuera declarado Parque Nacional, petición concedida en 1998, siendo el primer distintivo en el contexto nacional.

Asimismo, contribuyó con un estudio para la construcción de drenaje profundo para beneficio de la Ciudad de México. Su sapiencia abono en la elaboración del Diccionario Enciclopédico de Historia, Geografía y Mitología. El conjunto de saberes que sumó, para ser miembro de la loable Sociedad Mexicana de Geografía. Gabriel Mancera también escribió el Diccionario Enciclopédico de Historia, Geografía y Mitología, y fue miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía.

Su aportación en diferentes campos le valió para ser galardonado con la presea Dr. Honoris Causa otorgado por la Universidad Nacional de México en 1910. El Premio es otorgado por su desempeño político porque fue parte de la élite política hidalguense durante el porfiriato, etapa política que se mantuvo por ser apoyado de connotados personajes civiles de renombre.

Gabriel Mancera fue: Diputado Federal desde durante las legislaturas X-XVIII (1880-1898), descansa en la legislatura XIX, para reintegrarse en la XX (1900), para terminar en XXIII (1906-1908); Y Senador en la Legislatura XVIII (1886- 1888), XXV (1910-1912), XXVI, (1912-1914).

Justo Sierra, haciendo gala de la riqueza de su lenguaje de hombre de letras en aquella ceremonia de la creación de la Universidad Nacional de México, destacó: “La universidad está encargada de la educación nacional en sus medios superiores e ideales; es la cima en que brota la fuente, clara como el cristal de la fuente horaciana, que baja a regar las plantas germinadas en el terruño nacional y sube en el anima del pueblo por alta que éste la tenga puesta”.  Misión de la educación nacional, aun permanece.