El famoso y controvertido líder ruso Vladimir Putin asegura que una de sus hijas ya fue inoculada con la nueva vacuna Sputnik-V, desarrollada por científicos rusos y “se siente muy bien”, afirmó. El gobierno norteamericano decidió, por órdenes de Donald Trump, avanzar solo en la investigación, desarrollo y producción del antídoto contra el mortal virus SARS-Cov-2 y no depender de regulaciones externas, como las de la Organización Mundial de la Salud y, en contraposición al gobierno chino, con quienes mantiene una rivalidad económica en escalada.
El gobierno de la 4T impulsa, a través del Canciller Marcelo Ebrard y la Embajadora en EU, Martha Bárcena, la colaboración de México en varios protocolos internacionales de búsqueda de una vacuna. Rusia, Francia, China, Estados Unidos, Cuba y Alemania se encuentran entre los países que han dado a conocer importantes avances en esta materia.
Además, el pasado 12 de agosto, AstraZeneca y la Fundación Carlos Slim firmaron un acuerdo de colaboración para la producción y distribución en América Latina de la vacuna AZD1222, con la contribución primaria de los gobiernos mexicano y argentino. Se dio a conocer que en los ensayos clínicos de fase I/II en Gran Bretaña, mostraron respuestas inmunes a Covid-19 por parte de los participantes. Lo anterior permitirá a México, como lo mencionó el Presidente López Obrador, acceso a la vacuna un año antes de lo previsto.
¿Usted se vacunaría? ¿Tendría la confianza suficiente para hacerlo? Se lo pregunto porque, desafortunadamente, circulan en las diferentes redes sociales inquietantes cadenas con conclusiones “médicas”, una de ellas, avalada por un grupo que se hace llamar Médicos y Científicos por la Verdad. Una gran mayoría de nosotros cree todo lo que circula en Twitter, Whatsapp, Facebook, Instagram y muchas más. Nos hemos convertido en una sociedad consumidora de información pero con una marcada deficiencia en el análisis y reflexión de lo que leemos.
Me refiero a un texto atribuible a este grupo “científico” en donde se hacen afirmaciones tan temerarias como proponer tratamientos de ozonoterapia o con dióxido de cloro. Que la creación del virus en un laboratorio se realizó con la finalidad de cambiar el sistema económico actual por uno más represivo y esclavizante. Que se promueve un esquema de “control mental”, liderado por los medios de comunicación y las industrias médica y farmacéutica. Que no nos vacunemos y manteniéndonos unidos vamos a ganar esta guerra.
Todo lo anterior ha sido tema de innumerables aclaraciones por parte de la OMS y, en México, por parte de la Secretaría de Salud, a través del Dr. Hugo López-Gatell, durante las conferencias informativas vespertinas. Pero me sorprende el número de personas con las que platico y me dicen: “Yo no veo las conferencias”, “Son aburridas”, “Dicen puras mentiras”. Y así le seguimos creyendo a otras cadenas de supuestos doctores, de “un amigo que tiene otro amigo que trabaja en el sector salud y me pasó la información real”, etc.
¿Hasta dónde llega el afán de no creer y apoyar el tremendo esfuerzo que hace el gobierno federal para cuidar nuestra salud, para que estemos informados? Las insistentes solicitudes de renuncia del Dr. López-Gatell por el “manejo inadecuado de la crisis” no pretenden otra cosa que socavar la credibilidad del brillante epidemiólogo que ha liderado la lucha contra el virus en nuestro país. ¿Cuántas veces salió José Ángel Córdova o Mauricio Hernández, a la postre Secretario de Salud y Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, en el sexenio calderonista, a informar puntualmente sobre la crisis causada por la influenza H1N1?
No se crea todo lo que lee por ahí. Infórmese. Tenga una mente crítica. Siempre vaya a las fuentes originales de información. Usted se ayuda, ayuda a los demás y ayuda a México. Por cierto, insisto: ¿Se va a vacunar?
Agradezco sus comentarios y los leo con gusto.
Raúl García Gutiérrez
raugargut@gmail.com