Hay dos formas de percibir la finitud de nuestra vida, una es sufriendo y sintiendo miedo y por ese mismo miedo no disfrutar de la vida hasta terminar desperdiciando la oportunidad de vivirla plenamente.

Y la otra, es celebrando cada día reconociendo todo lo que se tiene, eligiendo una actitud que verdaderamente nos favorezca, que sea conveniente para nosotros y para quienes nos rodean.

Se necesita tomar la decisión de celebrar y disfrutar la vida en el día a día… ¿Cómo?

1) La felicidad amerita una gran dosis de gratitud cada día.

Por lo tanto, siempre que te sea posible agradece lo que tienes, lo que eres, por quienes te rodean, tu salud, tus posibilidades de estar bien, trabajar…

2) Aprender a ser flexibles.

La vida, las circunstancias y las personas siempre cambian, así que lo más adecuado es ser flexible, yo siempre digo: imaginemos un lápiz de madera, si insistimos en doblarlo este se rompe, pero si este fuese de un material moldeable aunque lo doblemos no se rompe, inclusive, recuperaría su forma poco a poco. Algo similar ocurre en los seres humanos, cuando aprendemos a ser flexibles tomamos conciencia de aquello que no podemos cambiar y modificamos lo que sí depende de nosotros: nuestra actitud ante la vida.

3) Vivir con alegría.

Hay estudios que demuestran que las personas en las que predomina la alegría suelen ser más sanas, con mayor estabilidad emocional, mantienen relaciones exitosas y cuidan mejor de sí mismas, además de ser personas con quienes es sencillo convivir y son para sí mismas mejores compañías. La alegría se puede manifestar de diferentes formas, cada quien elige cómo hacerlo. Determina que le da alegría a tu vida y hazlo más seguido.

4) Construir y mantener vínculos de calidad:

La gente con la que convives cotidianamente tiene mayor influencia en ti, en como eres y actúas, así como tú en ellos, si tus relaciones son exitosas aportan estabilidad emocional y esto facilita que puedas concentrarte y seas más constante en tus metas y proyectos.

5) No te compliques:

Es importante tener muy claro que amerita tu atención y qué es preferible pasar por alto sin involucrarte.

6) Practica el autocuidado:

Si te cuidas incrementan las posibilidades de preservar tu salud física y mental y preservas el amor propio.

7) Encontrar el punto medio…

Aunque sea más complejo, hay que evitar el pensamiento dicotómico: siempre, nunca, todo, nada, y las creencias irracionales sobre cómo “deberían” ser las cosas y buscar acercarse lo más posible al equilibrio.

8) Saber que la vida no es perfecta:

Y que por encima de no ser perfecta, la vida es bella, la vida ES, así de simple, de generoso, en cada etapa de tu vida lo que determina en gran medida la calidad con la que la vives es tu actitud.

9) Encontrar, determinar y abrazar tus propias reglas para tu vida:

Es tu vida, y por lo menos por ahora, es la única que tienes, así que eres libre de elegir como vivirla, recordando que estos límites terminan donde inician los derechos y las libertades de los y las otras.

10) Vivir en el aquí y ahora:

Renunciar a ir cargando el pasado y tampoco atormentarse por el futuro. Lo que tienes hoy es el presente, aquí es donde hay que vivir.

Disfrutar y celebrar la vida es menos complicado de lo que imaginamos, es una decisión personal, que comienza por mucho en darte cuenta de que hacerlo es lo que mereces.

Saber que no somos eternos, admitir nuestra fuerza y también nuestra vulnerabilidad puede ser una invitación para vivir felices y honrar cada oportunidad y cada día de nuestra existencia, es una decisión totalmente personal, más allá de lo que otros puedan o quieran decidir por y para ti…¿Lo pensé o lo dije?

¡Abrazos!

@Lorepatchen