Martha Canseco González
En esta columna regreso al tema que le dio origen, la sexualidad humana, pero de este abanico voy a lo que más me gusta de la sexualidad femenina.
Les platico que recién adquirí un “pozo de la sabiduría”, tengo abiertas para mí webinars, ebooks, conferencias, talleres, videos y pláticas sobre sexualidad con una pléyade de expertas y expertos de España, lo estoy disfrutando mucho.
Allá también en España, la periodista Elsa Fernández Santos, escribió para el diario El País la crítica cinematográfica de una película que está por ver la luz en aquella nación.
Se trata del filme “La vida era eso”, Elsa le añade: en busca del orgasmo perdido, así lo tomé para la cabeza de esta columna. Ahí la periodista hace un análisis no sólo del tema, sobre lo que ocurría con las mujeres españolas de la época del franquismo, donde su vida se vio reducida a la mínima expresión y para muchas de ellas perdió sentido, sino también de cómo se vio mermada su sexualidad.
Adoctrinadas por la ultra conservadora Pilar Primo de Rivera, las mujeres españolas en esos años dieron un salto cuántico hacia atrás. La iglesia, por su parte, más que nunca inmiscuida en los asuntos de estado, se convirtió en un ente con poder absoluto, sin duda la peor combinación para cualquier país que se diga mínimamente democrático.
Así que ya se imaginarán que la vida sexual de las españolas se redujo a ser meros contenedores de esperma e incubadoras ambulantes.
Fernández resalta en su pieza periodística la actuación gestual de la veterana actriz española Petra Martínez de quién dice, su cara y su no expresión lo dicen todo, ojalá pronto tengamos la oportunidad de ver en México este filme.
Y en este marco les platico que hace semanas terminé el taller de reflexología sexual para mujeres en su novena edición. Hubo asistentes de distintas partes del país, así como de Guatemala, me encanta que esta capacitación se esté internacionalizando.
La verdad, no veo mucha diferencia entre lo que tuvieron que vivir las españolas respecto a su sexualidad durante el franquismo, con lo que viven tantas mexicanas en nuestros días.
En el último año, por lo menos he platicado con 180 mujeres de nuestro país sobre su vida sexual y de muchas de ellas sostengo que ha sido miserable, no sólo por el trato que han recibido de los hombres, sino también por los atavismos impuestos por la religión, la cultura y la sociedad patriarcal de México.
En los casos más extremos la violencia sexual recibida ha dejado a muchas mujeres ya no sólo con la imposibilidad de tener orgasmos sino también incapaces de mirar siquiera en un espejo sus genitales y mucho menos de darse placer a sí mismas.
¡Pero, la sexualidad feminista ha llegado para salvarlas!
¡No saben que felicidad siento cuando la mayoría de ellas logran superar los obstáculos que les impiden tener una sexualidad sana y plena!, cuando ejercicio tras ejercicio van rompiendo sus propias barreras y logran encontrarse con sí mismas. ¡Es una sensación poderosa para mí, pero es una gesta heroica de esas mujeres!
¡No me cabe la menor duda, este es uno de los trabajos más gratificantes que he tenido, me encanta!

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