Por: Maximiliano Gracia Hernández

 

El virus Sars-Cov2 ha dejado más de 5 millones de personas fallecidas en el mundo y cerca de 270 millones de contagiadas, no cabe duda que es una catástrofe mundial. Para el caso de nuestro país, se tienen 400 mil muertos y más de 5 millones de personas contagiadas oficialmente.

Las muertes representan el primer impacto de la pandemia, pero hay efectos económicos colaterales, más desempleo y más pobreza, lo cual afecta no únicamente a los países sub desarrollados como México, sino también a las naciones ricas.

México tiene una fuerte relación comercial con los Estados Unidos, país que también está pasando por un proceso de recesión económica, ello impacta obligadamente a la economía mexicanas, y es que la caída de la riqueza generada en México fue durante el año 2020 del 8,5 por ciento, una crisis no vista desde principio del siglo pasado.

La crisis económica se manifiesta en variables como baja en el turismo nacional y mundial, caída en la inversión internacional, fuga de capitales, aumento de la inflación, baja en el empleo; los elementos anteriores hacen muy complicado el escenario económico nacional, lo cual afecta la estabilidad de la política monetaria y cambiaria.

Durante los años 2016 al 2019, la economía mundial mostró crecimiento económico continúo, en el año 2020 la pandemia llegó y se pasó de una riqueza generada de 87 a 83 mil billones de dólares, caída en la riqueza mundial generada del 4.6 por ciento, dicho descenso llevó a una caída del PIB per cápita del 4.5 por ciento durante el año 2020.

Como mexicanos hemos detectado un incremento de los precios, dicho aumento se le denomina técnicamente inflación, la cual se incrementó mundialmente del 1.39 en al año 2015 al 3.20 en el año 2020.

La economía mexicana se encuentra en una crisis estructural, resultado particularmente de los altos niveles de pobreza, desigualdad social, corrupción, desempleo, inseguridad, etcétera. Además de lo anterior, México tiene fuerte dependencia con el mercado exterior, principalmente por la captación de inversión extranjera directa, exportación de petróleo y lo que ello significa para los ingresos del gobierno; las remeses son otro elemento proveniente del exterior que nos hace vulnerables.

Durante esta crisis nacional, la economía mexicana generó cerca de 12 millones de nuevos pobres, si a eso le sumamos 61 millones de pobres en México, de los cuales 21 millones se encuentran en pobreza extrema, el panorama es desolador. El CONEVAL afirma que la pobreza en México se incrementó 10 puntos porcentuales durante el periodo del COVID. La pobreza laboral es un tipo de pobreza, la cual surge cuando el ingreso no es suficiente para alimentar a todos los miembros de una familia. La pobreza laboral pasó del 37 al 41 por ciento de los mexicanos.

El desempleo es un fenómeno grave, y es que implica la pérdida del ingreso. Durante el último trimestre del 2020, la tasa de desempleo fue del 4.6 por ciento, lo cual representó cerca de 2 millones de personas desempleadas. Dicho indicador creció en enero del año 2021 al 4.7 por ciento.

Frente al panorama económico desolador, el gobierno mexicano ha intentado reactivar la economía con proyectos de infraestructura, lo cual era fundamental. El crecimiento económico durante el año 2021 fue del 5 por ciento, sin embargo, si ello lo relacionamos con la caída de la riqueza mexicana del 8.5 por ciento durante el año 2020, detectamos que la economía mexicana requiere crecer al 7 por ciento durante los tres años restantes del gobierno del presidente actual.

Finalmente, reflexionar en la necesidad de generar un pacto social, México requiere un nuevo proyecto nacional que responda a las siguientes interrogantes ¿qué requiere la economía mexicana?, ¿cómo atender las necesidades sociales prioritarias?, ¿qué recursos tenemos y cómo se deben utilizar eficientemente? Si no logramos responder y atender dichas preguntas perderemos la gran enseñanza que la pandemia está enseñando a México.