Dr. Héctor Jesús Tapia Fernández*

 

A la fecha, el brote de la nueva enfermedad por coronavirus (COVID-19), ha causado más de 450 millones de contagios y 6 millones de muertes en más de 230 países según datos de la Organización Mundial de la Salud. Afectando bruscamente el desarrollo normal de las actividades económicas y sociales en todo el mundo. El 28 de febrero de 2020, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo un llamado a todos los gobiernos a realizar todo lo que se encuentre a su alcance para controlar la epidemia del COVID-19. El 23 de marzo de 2020 el gobierno de México instala la Jornada Nacional de Sana Distancia, con la finalidad de reducir la transmisión del SARS-CoV-2 y el 31 de marzo se da la declaratoria oficial de emergencia nacional por la epidemia de COVID-19. La epidemia de COVID-19 amenaza directamente los logros alcanzados por los sistemas de salud alcanzados durante la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI, además de afectar las metas del desarrollo social y económico, y posiblemente tenga repercusiones ambientales. Sin embargo, a 2 años del inicio de la pandemia, el contexto de los cambios ambientales globales, las características implícitas en la transmisión del COVID-19 aún no se encuentran lo suficientemente reconocidas. Adicionalmente, la aceleración de la urbanización, el incremento de la concentración de la población en áreas pequeñas, las más frecuentes y complejas interacciones de las personas, y una escasa cobertura en salud sobre todo en los países en vías de desarrollo dificultan la prevención y control del COVID-19. Incluso es posible que la intervención militar de Rusia en Ucrania tenga consecuencias sanitarias que son aún imposibles de medir en el impacto de la enfermedad dadas las sanciones económicas que limitan el flujo de insumos médicos, equipos sanitarios y personal sanitario entre los bloques enfrentados sumado al aumento de refugiados de guerra en los países de Europa oriental.
El 18 de Marzo de 2020, se registraron los primeros casos confirmados de COVID-19 en la capital hidalguense, los cuales fueron por importación a través de personas que adquirieron el virus en países europeos, sin embargo, con la declaración de la Fase 3 de la epidemia, al existir una gran movilidad de población flotante con el epicentro de la epidemia (Ciudad de México resultó en brotes regionales a través de contagio comunitario dentro de los municipios que conforman la zona metropolitana de Pachuca.
El Estado de Hidalgo tiene uno de los índices más altos de marginación y desigualdad a nivel nacional, lo cual lo hace vulnerable a los impactos de la pandemia actual. Asimismo, las cuatro grandes zonas metropolitanas de Hidalgo (Pachuca, Tizayuca, Tulancingo, y Tula), que a su vez pertenecen a la megalópolis de la Ciudad de México, representa la región más densamente poblada de México. Por su posición geográfica, Hidalgo tiene una gran conectividad con el centro-sur del país; estas características implicaron que el virus SARS-CoV-2 tuvo las condiciones favorables de movilidad y densidad demográfica que facilitaron su propagación hacia el interior del estado. Geográficamente, durante el desarrollo del primer año de la pandemia, la mayor concentración de casos y letalidad del COVID-19, se focalizó entre dos regiones con niveles con diferentes grados de vulnerabilidad social, siendo uno al noreste y el otro al suroeste del estado de Hidalgo.
Sin embargo, a pesar de que muchos municipios tienen valores de vulnerabilidad altos, los contagios no fueron significativamente importantes, esto pudo deberse a la diferenciación geográfica del estado, hacia el norte y noreste, que cuentan con una poca conectividad debido al relieve abrupto de la Sierra Madre Oriental y la escasa red carretera con los municipios más poblados y la capital ubicados en el sur, que pudieron haber limitado la distribución del virus SARS-CoV-2, facilitando el manejo de la pandemia a pesar de la escasez de recursos. Esto puede deberse también a que las ciudades más grandes de Hidalgo concentran las mayores cantidades de población. Además, en los grandes centros de población del estado, se debe tener en cuenta que la vulnerabilidad de la población es dinámica y que se encuentra fuertemente influenciada por factores cambiantes que aumentan la exposición al virus, las características demográficas, de salud pública, aspectos socioeconómicos, de movilidad (transporte de personas), así como los tipos de interacción cercana, se relacionan con el comercio, los servicios, y la movilidad por motivos de trabajo, que se convierten en factores significativos de potencial contagio en las grandes ciudades. Este tipo de interacción permite entender el aumento significativo de casos positivos y defunciones en las zonas metropolitanas de los municipios más grandes.
En los municipios más marginados, sobre todo en la Sierra Gorda, Sierra Alta, Sierra de Tenango y la Huasteca, no se presento un número elevado de casos confirmados, a pesar de las condiciones de precariedad de la vivienda, mayor proporción de población indígena, menor cantidad de bienes, hacinamiento, deficiencia en acceso a servicios de salud y actividades económicas informales. Sin embargo, estos grupos resintieron de manera más intensa los efectos negativos de la contingencia y el confinamiento en sus economías locales. En cambio, los municipios que cuentan una vulnerabilidad media presentan mayor número de casos, por tratarse de grandes centros urbanos, que, a pesar de su condición de vulnerabilidad. Aún queda mucha información por analizar sobre los impactos en el desarrollo regional de Hidalgo, y es de vital importancia el aprendizaje que nos está dejando esta pandemia, ya que por los efectos del cambio climático, podrían aparecer nuevos virus que pongan a prueba de nuevo, la capacidad de la humanidad para afrontarlos, y es ahí donde la ciencia nos proveerá de herramientas, que en primera instancia evitaran el sufrimiento y la pérdida de vidas, y mitigar los impactos que puedan tener estas nuevas enfermedades. Bien dice el dicho que, quien olvida su pasado, se encuentra condenado a repetirlo.

*Profesor Investigador del Colegio del Estado de Hidalgo. Responsable del Laboratorio de Geomática