Ciudad de México. Tras los terremotos del pasado 7 y 19 de septiembre, el gobierno federal y los gobiernos estatales quedaron rebasados por la tragedia. La magnitud de los daños es mucho mayor de lo que se ha reportado en las cifras oficiales, denunció el vicecoordinador del Bloque Parlamentario PT-Morena en el Senado de la República, Miguel Barbosa Huerta.
“Estoy seguro porque he recorrido las zonas devastadas de Puebla y conozco de primera mano lo que ocurre en la Ciudad de México, Morelos, Oaxaca y Chiapas. Las zonas devastadas incluyen muchos más municipios de los que reconoce la declaratoria oficial. Hablo de cientos de hospitales y templos dañados; quizá de miles de escuelas fracturadas, de polideportivos, auditorios y mercados”, puntualizó.
El legislador poblano, señaló que los sismos evidenciaron la corrupción que existe en la construcción de obra pública, y lo más grave es que las inspecciones se realizan de manera ocular y no existe un peritaje técnico para determinar si escuelas u hogares son o no habitables.
Refirió que a pesar de la respuesta ciudadana para hacer frente a la tragedia, las autoridades no han puesto en marcha un plan integral de reconstrucción.
“Un aspecto preocupante no es sólo el comportamiento de la burocracia, sino que la entrega de recursos se ha hecho a los gobernadores y éstos a su vez han designado como responsables de la reconstrucción a empresas que han sido favorecidas durante sus administraciones, como es el caso del Estado de Morelos”, denunció.
Aseguró que la respuesta solidaria de la sociedad rebasó a los gobiernos en los sismos, “es importante que la movilización y la solidaridad social continúen, que las instituciones del Estado sean garantes de la reconstrucción, sólo así los damnificados dejarán de padecer un viacrucis y recibir el apoyo que merecen”, subrayó.
Barbosa Huerta, demandó que los damnificados por los sismos del mes de septiembre reciban una atención efectiva, solidaria, transparente, blindada contra la corrupción, las manipulaciones políticas, los fraudes y la especulación inmobiliaria.
Denunció que los afectados por los terremotos enfrentan un verdadero “viacrucis”, ya que primero fueron víctimas de la fuerza de la naturaleza y ahora son presas de la burocracia, de los abusivos de siempre y de la rapiña.
Señaló que “el viacrucis de los damnificados” inicia cuando sus municipios o comunidades no forman parte de las regiones reconocidas como zonas de desastre.
Indicó que el drama de los damnificados se presenta en muchas formas y niveles. Los familiares de fallecidos enfrentan una total incertidumbre y desamparo respecto al apoyo que recibirán.
“Parece una burla, trascendió que la indemnización por cada uno de los infantes fallecidos en el colegio Enrique Rébsamen es de 20 mil pesos. El gobierno de la Ciudad de México declaró que cubriría los gastos funerarios de los fallecidos en el sismo, pero no existe claridad sobre otros posibles apoyos”.
El senador petista, agregó que también viven un “viacrucis” aquellas personas y familias cuyos hogares e inmuebles se derrumbaron o sufrieron daños estructurales, y éstos sólo tienen la posibilidad, no de recuperar su hogar, sino el posible acceso a créditos en instituciones bancarias. “A eso se reducen los programas que hasta ahora se han anunciado, al otorgamiento de créditos.
El abanico de víctimas por los sismos es amplio: las personas fallecidas y lesionadas; los familiares de fallecidos y lesionados; los propietarios y habitantes de inmuebles, comercios y establecimientos que hayan sido afectados con derrumbe total, parcial, hundimiento, inclinación, daños estructurales, no estructurales, en instalaciones, grietas o deslizamientos.
Además, los propietarios de empresas, comercios y establecimientos de las zonas afectadas; los trabajadores formales e informales, eventuales y permanentes cuyas fuentes de ingreso hayan sido afectadas por los sismos; los habitantes y pobladores de las zonas y colonias dañadas.