Como lo dijo Howard. G. Hendricks,  “La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón”, es desalentador observar en las calles  de manera cotidiana  innumerables rostros molestos y actitudes violentas,  en cierto modo esto se debe a que estos adultos fueron educados con carencias afectivas, lo cual evidencia una falta de equilibrio emocional, mental, moral y hasta intelectual, porque definitivamente lo que los niños aprenden es lo que los adultos les enseñan. Por dicha razón es indispensable que la educación sea  reorientada por la vía del amor, ya que está demostrado científicamente que el cerebro se modifica durante los primeros años de vida de un ser humano de acuerdo a los estímulos afectivos que recibe durante su infancia, es decir si un niño es educado con afecto su desempeño será más alto, pero si  un menor es sometido a violencia y abandono,  su desarrollo integral será afectado severamente y su  desempeño cognitivo y emocional disminuirá.

Como lo cita A. Miller, El Origen del Odio: “La violencia que se ejerce sobre los niños (as) es devuelta luego a la sociedad. Un niño castigado y humillado en nombre de la educación interioriza muy pronto el lenguaje de la violencia y la hipocresía y lo interpreta como el único medio de comunicación eficaz”, contrario a esto en el libro El cerebro del niño. Siegel, J. se enseña a cultivar un desarrollo emocional e intelectual sano para que los niños puedan tener una vida equilibrada, significativa y conectada.

A continuación me permito compartirles el fragmento que sustenta científicamente la importancia de que las emociones pueden repercutir en el aprendizaje al modificar los niveles cerebrales, y justamente esto está basado en  el artículo titulado La química de las emociones y el aprendizaje” realizado por M. Sc. Raquel Villafrades Torres de la
Universidad Pontificia Bolivariana Bucaramanga – Colombia  publicado en noviembre de 2015:

EXPLICACIÓN CIENTÍFICA

“Las neuronas se pueden clasificar en tres categorías según sus funciones: neuronas motoras (eferentes) encargadas de conducir los mensajes del cerebro y la médula espinal a las glándulas y los músculos, neuronas sensoriales (aferentes) cuya función es recibir los estímulos del exterior y enviar la información al cerebro y a la médula espinal y interneuronas o neuronas de asociación que unen entre sí a todas las neuronas, además de formar complejas trayectorias en el encéfalo donde ocurren procesos que explican el pensamiento, el lenguaje y la memoria. Los mensajes que viajan a través de cada una de ellas son de naturaleza electroquímica y ocurren a través de mensajeros químicos llamados neurotransmisores en la sinapsis. Las células nerviosas pueden enviar impulsos nerviosos a través de los axones, parte de la neurona que transporta la información hacia otra neurona o hacia otras células, mediante iones que atraviesan su membrana, en la que existen “canales” determinados para los iones Na+ y K+. El efecto del impulso nervioso que termina en la membrana del axón es liberar, precisamente, un neurotransmisor dentro de los que se encuentran la norepinefrina, la serotonina y la dopamina, así pues, Pekrun, Elliot y Maier (citado por Woolfolk, 2010: 396) expresan que las emociones pueden repercutir en el aprendizaje al modificar los niveles cerebrales de dopamina que influyen en la memoria de largo plazo y al dirigir la atención hacia un aspecto de una situación y señalan que las experiencias de éxito o fracaso escolar pueden provocar emociones de logro como orgullo, esperanza, aburrimiento, enojo o vergüenza”

“Woolfolk (2010) menciona que anteriormente las investigaciones sobre aprendizaje y motivación no tenían en cuenta las emociones, no obstante, los estudios en neurociencias han demostrado que las emociones son causa y consecuencia de los procesos de aprendizaje. Asimismo, Palmero y otros (2011) señalan que actualmente se admite la práctica imposibilidad de separar el afecto de la cognición y agregan que en las últimas investigaciones está completamente aceptado que la cognición es imprescindible para entender cómo aparece, se mantiene y se modifica el afecto pero también se acepta la importancia del afecto para influir en el modo como se llevan a cabo los procesos cognitivos.”

Dándole prioridad a lo pedagógico y haciendo a un lado el origen religioso  quiero finalizar esta columna, citando nuevamente a Howard. G. Hendricks,  quien dejó uno de sus legados más sobresalientes en las siete “leyes” o principios de la educación, que expresó en el libro Enseñando para cambiar vidas:

  1. Si deja de crecer hoy, dejará de enseñar mañana.
  2. La forma en la que las personas aprenden determina cómo enseñas.
  3. El máximo aprendizaje es resultado de la máxima participación.
  4. La comunicación eficaz requiere la construcción de puentes.
  5. La enseñanza que impacta no es de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.
  6. La enseñanza es más eficaz cuando el estudiante está adecuadamente motivado.
  7. El proceso de enseñanza será más eficaz si tanto los estudiantes como el maestro están preparados.

(Leer  más: http://protestantedigital.com/internacional/28899/Howard_Hendricks_el_profesor_que_ensentildeo_con_el_corazon)

Entonces  como sociedad podemos empezamos a cambiar las cosas, lo primero puede ser educando a los niños en el amor, la paciencia, el respeto, en la equidad y la igualdad.

 

Cualquier comentario lo puedes enviar a mi correo electrónico vicky_barbara@hotmail.com o a la página de Facebook de Columna Eva y Lilith, ¡hasta la próxima!

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