La única verdad es que estamos olvidando por completo aquella frase de Leonardo Da Vinci que dice “El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”, el panorama de este recurso en  México y en el mundo es totalmente desalentador.

Estamos en cuenta regresiva, y el agua se nos está literalmente escapando de nuestras manos, nadie está tomando en serio los riesgos que está viviendo el vital líquido, no están siendo suficientes los pocos esfuerzos en cuidarla, ni en evitar su desperdicio, ni su excesiva contaminación; no hay políticas serias, ni medidas de prevención para evitar perder para siempre, este recurso natural tan indispensable para las subsistencia del ser humano.

Y precisamente hago esta reflexión porque que precisamente hoy como cada 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, como un medio de llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de la gestión sostenible de los recursos de agua dulce.

De acuerdo a la página de la ONU, a partir de 1993 se celebra el Día  Mundial del Agua, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo contenidas en el Capítulo 18 (Recursos de Agua Dulce) del Programa 21.

Y muy a pesar de que en el citado Programa 21 se busca “la celebración de actividades concretas como el fomento de la conciencia pública a través de la producción y difusión de documentales y la organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos” (http://www.un.org/es/events/waterday/background.shtml)  la realidad es que no se  está logrado casi nada,  no hay políticas contundentes, no hay planes de acción para evitar el desperdicio, no hay estrategias concretas que vigilen, protejan el vital líquido y eso es realmente preocupante, alarmante y vergonzoso.

A continuación mencionaré situaciones que avalan el deterioro e  impunidad de cómo se está desperdiciando el vital líquido, y cómo autoridades negligentes, no están haciendo nada o tan siquiera lo suficiente, no tienen políticas serías que vigilen nuestros mantos acuíferos, ni hacen lo mínimo para el cuidado, como la prevención de las fugas, que debería ser prioritario.

De acuerdo al periódico El País en una nota de 2016 publicó lo siguiente: “Nueve ciudades mexicanas preocupan a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por su nivel de desperdicio de agua. Una de ellas es la capital del país, que pierde más del 40% por fugas, y otra es la capital del Estado más pobre, Chiapas, donde se escapa hasta el 70%. La principal razón de estas pérdidas, advierten la OCDE y las organizaciones nacionales, es una añeja y abandonada infraestructura. https://elpais.com/internacional/2016/03/30/mexico/1459291457_391376.html

Realmente esto último es alarmante, ¿Con qué seriedad se está tomando el problema del desperdicio del agua?, ¿Cómo es posible que se está logrando con éxito el traslado del agua –pese a que implica un largo proceso- pero a la hora de revisar la infraestructura y las redes por donde pasa el vital líquido,- las autoridades han abandonado este aspecto tan importante?, ¿Cómo es posible que por descuido, se esté perdiendo el agua potable de este modo tan irresponsable?.  Y en este problema tienen que ver todos los niveles de gobierno.

Es vergonzoso que por ineficiencia, falta de vigilancia, control y cuidado, el agua se esté desperdiciando en esta magnitud, urgen acciones para preservar el vital líquido.

De acuerdo a esta misma fuente: “Una infraestructura vieja, obsoleta (o la falta de ella) es el factor que más afecta (hasta en un 92%) a un adecuado suministro de agua en las 48 ciudades de la encuesta”. El reporte de Gobernabilidad sobre el agua de ese organismo incluye una encuesta aplicada a 42 ciudades de países miembros, en la que se mide el porcentaje que cada una pierde de su agua potable disponible. La lista está encabezada por Tuxtla Gutiérrez, la capital chiapaneca, donde las pérdidas rozan el 70%. Le siguen San Luis Potosí, con el 50%; Ciudad de México con más del 40%, y en menor porcentaje Chihuahua, Toluca, Querétaro, Culiacán, Acapulco y Hermosillo.

Si ya es un gran problema trasladar el agua a diferentes demarcaciones, entonces es totalmente incongruente que no se esté dado el seguimiento puntual y pertinente al cuidado del agua potable. De acuerdo al titular del Sistema de Aguas, en 2016 reconocíó que ese 40% de fugas en Ciudad de México, ocurren por la avanzada edad de la infraestructura, que en la capital es de 60 años de media. “La calidad en los servicios hidráulicos en los países de la OCDE está amenazada por las reservas en inversiones que impiden la mejora, renovación y mantenimiento de la infraestructura hidráulica”, concluye el informe.

A pesar que la nota mencionada fue publicada en el año 2016, el problema citado es vigente, y además alarmante porque no se han implementado las políticas públicas urgentes para evitar el desperdicio de agua, realmente espero que todavía haya remedio.

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¡Hasta la próxima!

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