Las mujeres han luchado durante décadas por la obtención de sus derechos, incluido el de contar con acceso pleno a servicios de salud. Aunque ya se logró este derecho, hay un tema muy delicado que se ha estado discutiendo tanto en nuestro país como en el resto del mundo: el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo en caso de quedar embarazadas.

A nivel nacional, solo en la Ciudad de México y en Oaxaca se ha aprobado la despenalización del aborto sin importar el motivo. En el resto del país, únicamente se aprueba en caso de violación y cuando hay riesgo de muerte para la madre.

Es por ello, que el viernes pasado se manifestaron grupos feministas en la capital del país para protestar por el fallo en contra de la despenalización del aborto en Veracruz, emitido el miércoles anterior por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Cada Congreso de los estados tiene la autoridad para votar a favor o en contra de las propuestas de leyes o de las modificaciones a las mismas que presente el Gobernador o algún diputado y en el caso del de Veracruz, votó en contra de las modificaciones al Código Penal que permitirían la  despenalización del aborto, ante lo cual un juez federal del estado acudió a la SCJN para solicitar que ésta ordenara al Congreso de Veracruz la aprobación de las mismas y de este modo ya no fuera considerado como delito abortar, pero la máxima autoridad judicial de nuestro país decidió que no había motivos para ordenar al citado Congreso lo que le solicitaba.

Independientemente de cuestiones religiosas, el tema del aborto es una cuestión de salud pública ya que año con año, fallecen en México un gran número de mujeres por tener que acudir a clínicas clandestinas o a métodos que pueden ser perjudiciales para su salud. De hecho, el fallecimiento por aborto se encuentra dentro de las cuatro principales causas de muerte materna.

Puede haber un sinnúmero de causas por las que una mujer decida abortar, lo injusto es que siempre se les achaque toda la culpa a las mujeres cuando para que exista un embarazo tienen que existir hombre y mujer en el proceso.

Entonces, ¿Por qué castigar sólo a las mujeres por abortar?

¿Y la pareja qué?

¿Ellos sí pueden seguir libres rehaciendo sus vidas mientras las mujeres deben pagar con varios años de cárcel por un acto sexual que involucró a los dos?

Eso es totalmente inaceptable y un tema que nunca se ha querido tocar, porque, ¿Cómo los congresos locales integrados en su mayoría por varones van a querer reconocer que los hombres también deberían ser procesados penalmente en caso de aborto? Su machismo se los impide.

En Puebla estamos igual que en Veracruz ya que la legislatura actual tampoco aprobó la despenalización del aborto. Recuerdo muy bien que el año pasado el diputado Héctor Alonso Granados, declaró en un programa de radio en referencia a las mujeres, que “para qué andan abriendo las piernas”. Con este tipo de personas con semejante mentalidad como nuestros legisladores, ¿qué se puede esperar para que haya un avance en nuestra sociedad?

Como decía al principio el tema es muy delicado y también polémico, pero si los legisladores y magistrados dejaran de lado sus consideraciones religiosas y se apegaran a derecho, no habría cabida para dudar en aprobar un derecho (valga la redundancia) de salud reproductiva que le corresponde a las mujeres.

Nadie podrá conocer a fondo lo que pasa por la cabeza y emociones de quienes deciden interrumpir su embarazo, pero creo que nadie tiene derecho a juzgar y mucho menos castigar penalmente una decisión tan delicada y que dudo mucho sea tomada a la ligera por ninguna mujer.

Nos leemos la próxima semana.

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@Ari_Sintesis127 enTwitter

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