Visiblemente molesto y seguramente sintiendo que se derrumban sus sueños, el presidente explota mandando literalmente ¡al carajo! la visita a hospitales que tienen que ver más, desde su punto de vista, con la toma de fotografías y con el conservadurismo, que con la cercanía hacia la gente que enfrenta momentos de dolor, terror, angustia, desesperación e impotencia ante lo ocurrido…. ¿el desplome del metro en la línea 12 o la agonía de los niños con cáncer? ¿La desesperación de las madres por no encontrar a sus hijas o por sentirnos más inseguros ante un policía que ante un delincuente? ¿al carajo, qué, estimado lector?
¡Al carajo Morena y el presidente! Es inaudito que los únicos argumentos que se siguen vertiendo en la insensata defensa de López sea el cambio de miras hacia el PRIAN, pero es que la necedad es tan grande que los ya disminuidos, notablemente en números, seguidores de Morena no hayan querido aceptar que la escuela de López fue precisamente el PRI y que si alguien dedicó su vida al “chapulineo” hasta lograr sentarse en la silla presidencial fue precisamente él.
El presidente prometió en campaña que habría un gobierno de austeridad, en el que nadie ganaría más que él mismo, y en el fondo tenía razón, estábamos hartos de ser testigos del vecino que trabajaba en el sector público y que de pronto dejaba su modesta casa para cambiarse a un exclusivo club de golf, o la manera incomprensible en que se organizaban dentro del gremio político primeras comuniones nada menos que en el mismo Vaticano. Es cierto, fuimos testigos de ese vecino que escaló posiciones políticas con una sed insaciable de ambición, cuando cambió su modesto Jetta por un Mercedes Benz del año y no entendíamos por qué ahora era custodiado por un puñado de escoltas. No lo entendíamos pero nos molestaba profundamente saber que el SAT nos arrancaba los impuestos, producto del esfuerzo de horas de lucha y trabajo para descubrir a la clase política despilfarrándolos en absurdos excesos, mientras la pobreza roía los lugares que se tachaban deliberadamente del mapa por no ser redituables políticamente hablando.
¡Bienvenido el gobierno austero! Claro que esperábamos que llegara López para poner a los políticos en su lugar.
Pero ¡oh desilusión! No solamente no terminaron los excesos de los políticos, sino que ahora son más graves y más evidentes. Las carcajadas toman sentido cuando vemos a los ministros de la Corte, a funcionarios del INE, a jueces federales, etc. escuchando los chillidos del presidente afirmando que nadie gana más de lo que gana él. México deseaba un cambio, es cierto, deseábamos que esos excesos terminaran y le compramos la idea de un gobierno de austeridad.
Si hubiéramos sabido que esa austeridad nos iba a matar gradualmente, con la ausencia de medicinas, de servicios, de atención, de seguridad, de educación, de posibilidades de emprendimiento, de oportunidades para el desarrollo de los niños y jóvenes, que efectivamente ¡son el futuro de México! y están siendo mutilados, seguramente hubiéramos votado en otro sentido, no sé si por el PRI o por el PAN, eso es lo menos trascendente hoy que el país literalmente colapsa.
Regalar dinero a diestra y siniestra a los marginados y más necesitados es una verdadera ofensa, es tratarlos como “mascotas” como bien el presidente los definió en algún momento. México necesita prepararse y sacar provecho de todas las oportunidades que tanto geográfica como demográficamente tiene y no mantenerlo sedado con la droga del dinero que mitiga la penuria por un breve tiempo hasta que el hambre y el frío comiencen a hacer que rechinen las tripas y a frotarnos el cuerpo en vez del cerebro.
Si hubiéramos sabido que esa austeridad iba a recortar presupuestos que nos han costado vidas humanas y tanto dolor, estoy segura estimado lector, que nuestro voto hubiese sido en otro sentido.
La buena noticia es que ahora lo sabemos y tenemos las elecciones intermedias a menos de un mes de distancia. Todavía somos México y nuestra voz vale más que el capricho de unos cuantos, Así que ¡al carajo Morena y el señor presidente! Salgamos a votar el próximo 6 de junio, aún estamos a tiempo de rescatar a nuestro país.
Saludos.
Dra. Ana Luisa Oropeza Barbosa
http://www.fundacionsabiasque.org.mx
@anareyor
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