Un buen mensaje fue el enviado a los ciudadanos por parte del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, y el prácticamente presidente municipal electo de Puebla capital, Eduardo Rivera Pérez, quienes se reunieron para comprometerse a trabajar de la mano por Puebla.

Sellaron un pacto de unidad y acuerdo.

Esto, me parece, es lo que les urge no sólo a los habitantes del municipio de Puebla sino a todo el resto del estado.

Que curioso que en Puebla el titular del Ejecutivo tenga una mejor relación con la oposición y sus líderes, que con los administradores de su mismo partido.

Pero ni modo, así es la política.

El caso es que por fin parece que se acabaron los dimes y diretes, la guerra entre el Ayuntamiento de Puebla y el Gobierno del Estado, los conflictos, las declaraciones encontradas, las amenazas y todo el encono en la entidad por el enfrentamiento morenista.

Ahora es tiempo de trabajar en coordinación por los ciudadanos, quienes están hundidos en problemas agudos provocados por la pandemia, particularmente en materia económica y de salud.

Ojalá que esta nueva etapa que le espera a Puebla sea de beneficio para todos, incluidos nuestros gobernantes, a quienes tampoco les ha ido bien porque no hay obras ni servicios en el estado.

El gesto del gobernador Barbosa y la disponibilidad de Lalo Rivera es de reconocerse, aunque así debería haber tolerancia y dialogo para con todos los actores de la vida pública del estado, de todos los sectores, sin excepción.

Sin embargo, es un buen inicio para poder corregir el rumbo y rescatar Puebla.

Lalo les pone un sabor distinto a las cosas, es un tipo abierto al dialogo, que escucha, que estudia los escenarios y que, hoy por hoy, ya no agacha la cabeza.

Hay mucho por hacer por Puebla, tanto en la capital como en el interior del estado, así que las cosas tienen que cambiar. Ya sin pandemia incluso el desarrollo se debe notar mucho más rápido.

Lo cierto, es que habrá que aprovechar la apertura del gobernador Barbosa, quien, insisto, debería replantearse la idea de lanzar la operación cicatriz por el bien de Puebla.

Los ciudadanos queremos ver pactos y acuerdos como el de ayer, no gritos, sombrerazos y amenazas a diestra y siniestra.

Ojalá que el cambio llegue, y sea pronto.

Por el bien de todos los poblanos.

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La venganza de Memito de Atlixco

Con la novedad de que en Atlixco los demonios andan sueltos.

Y es que el gobierno de Guillermo Velázquez Gutiérrez, el edil panista que sigue desgobernando el municipio con el clima más rico del mundo, se ha dado a la tarea de arremeter en contra de quien no apoyó su reelección.

Jadea de venganza, y ya no busca quien se la hizo sino quién se la pague.

Dicen que ya juró y perjuró que se la van a pagar los atlixenses por no darle continuidad a su desastre mal llamado gobierno.

Es por ello, que su equipo de trabajo ya empezó a amenazar a los medios de comunicación que publiquen algo sobre su estrepitosa y aplastante derrota.

A la periodista Angelina Bueno, corresponsal de e-consulta ya le llegaron las amenazas y dio cuenta de ello a través de su teléfono celular. Desde aquí nos solidarizamos con ella y la acompañamos en lo que requiera.

Y sería bueno que Memito se calme porque si bien Ariadna Ayala Camarillo, la virtual ganadora de Morena y la elección en el municipio de las flores, ya dijo que no habrá “cacería de brujas”, una vez que asuma el cargo, sí tendrá que aplicar la ley en caso de encontrar irregularidades y corrupción en la gestión del edil saliente.

No sea que Guillermo Velázquez quiera acompañar a uno de sus grandes amigos tras las rejas.

Y sobre la impugnación del aún edil, a los resultados que le dieron el triunfo a Ariadna, no va a pasar nada. El triunfo de Ariadna es contundente y claro.

Mejor que le reclame a los atlixenses, si tantas ganas tiene de pelear.

A ver si tiene los pantalones y las agallas para enfrentarlos.

Ridículo.

poncharelazo@yahoo.com.mx

En twitter: @poncharelazo

Facebook: Alfonso González

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