A las cosas por su nombre
Alejandro Elías
El galerista (o galero, como lo conocen en tono despectivo algunos artistas), al parecer no ha encontrado atractivo el trabajo de Lilian Hicel; o más bien comercial, pues hay que comprender que la galería expone arte para vender y sobrevivir: pagar renta, luz, empleados, curadores, etc. Es decir, es un negocio como cualquiera que vive de lo que vende.
Para Lilian, la entrada a las galerías ha representado un obstáculo que no ha podido salvar, puesto que su trabajo se centra en aportar humanamente a la condición del invidente, lo que significa que su obra no puede considerarse un producto para venta comercial. Y ya no se diga enfrentar la ignorancia de los funcionarios de cultura del país.
Así que no todo lo que brilla es oro y no todo el oro es comercializable.
–En México las autoridades a cargo del INBA y muchos “galeristas” no han valorado mis pinturas para Ciegos; incluso una de las directoras del INBA, en agosto del 2013, se burló de mí cuando en una exposición colectiva cuando la invité a pasar a la sección donde se encontraban mis pinturas para Ciegos; de manera arrogante y por demás ignorante, me dijo: “no existen las pinturas para ciegos, no hay forma de que un ciego pueda ver una pintura”. Ni siquiera por curiosidad paso a la sección donde estaban exhibidas mis obras. Contrario a ello, en otros países he recibido reconocimientos por parte de representantes de Gobierno, Ministerios de Educación y Cultura, Senados, Universidades de Arte, Críticos de Arte, etc. En México algunos medios de comunicación de tv y periódicos se han acercado a mí para “entrevistarme porque les parece fascinante lo que hago”, pero a cambio me han pedido obras, y por supuesto no he aceptado, ya que creo que un reportero real no cobra por obtener y publicar una noticia; mucho menos tratándose de Arte Inclusiva, como lo son mis Pinturas para Ciegos. Por el contrario, en otros países mis obras han tenido difusión en TV, Radio, Revistas Internacionales, de Arte, etc.
–¿Cómo imaginas el mundo ideal, desde tu perspectiva de la década de los 70 y el giro vertiginoso que ocurrió en los últimos 40 años?
–Un Mundo ideal sería uno sin las redes sociales, sin tanta tecnología que ha separado y dividido a familias, sociedades y países, creando mundos electrónicos imaginarios, mientras que el mundo real se está destruyendo. Un Mundo ideal sería un lugar donde los padres le dedican tiempo a sus hijos y juegan con ellos, les inculcan valores con el ejemplo, los enseñan a respetar a la gente, las leyes, el país; les muestran que toda acción tiene una reacción, buena o mala y que el esfuerzo, sacrificio y creación son los medios para realizar los sueños; que los parásitos no tienen cabida en la sociedad. Un Mundo ideal sería un sitio donde la gente conoce sus derechos, responsabilidades y tiene el valor de exigirlos y de cumplir con ellos; donde la gente no vota por el político más simpático sino por el más preparado; donde la gente se ofende y reacciona contra las acciones deshonestas, abusos, corrupción y exige resultados a los políticos. Un Mundo ideal sería un sitio donde la empatía es indispensable para entender el dolor y las necesidades de la gente, así como el sacrificio y trabajo de las personas exitosas, para que así no haya abusos; para entender que la pobreza no se acaba quitándole el dinero al que más tiene y destruyendo negocios pequeños y grandes y comprendiendo que el socialismo y el comunismo son formas de dictaduras que promueven los parásitos sociales, para no permitir salir adelante.
F/La Máquina de Escribir por Alejandro Elías
@ALEELIASG