Miguel Ángel Martínez “El Zapopan” relató para La Otra Fiesta que a la edad de cinco años ya portaba un capote en las manos, siempre tuvo presente al toro en su vida desde muy pequeño y hoy a sus 65 años recuerda su paso por los ruedos.
“Un hermano mío, el mayor de la familia que tendría 88 años (qepd) Alberto, fue novillero y en mi casa veía capotes, muletas, trajes de torear, toreros, algunos que se quedaban a dormir, conocí toreros, conocí a gente del toro, suertes del toreo”.
“Yo observaba las suertes y los ejercicios mientras entrenaban y me dio por torear”, relata “El Zapopan” al tiempo que recuerda que no tuvo un momento previo de reflexión para elegir ser torero, pues cuando menos lo pensó, ya estaba frente a un toro.
Su alternativa
Tras una entrada pronta al mundo del toro, “El Zapopan” tomó alternativa el nueve de enero de 1977 en la desaparecida plaza de toros El Progreso, “el maestro Joaquín Bernardo fue quien me dio la alternativa y de testigo un torero también de Guadalajara, que es ingeniero de profesión, Salvador Villalvazo”.
Ya como torero, “El Zapopan” comentó que no toreó muchas tardes, pues en ese tiempo como ahora, había gente que pagaba por torear, que no cobraba por torear, “entonces me fui desesperando, en el 78 toree como diez corridas, fue el mejor año, en el 79 ya fue menos y en el 80 quería ir a México a confirmar mi alternativa y no pude porque la plaza se cerró por dos años”.
Con un camino complicado por seguir, Miguel Ángel Martínez se vio desesperado, entonces terminó su carrera como licenciado en administración de empresas y empezó a trabajar, “empecé a ver que en mi trabajo ganaba más que como torero, entonces haciendo balance si no podía torear en México y no podía torear en mi Jalisco querido, entonces a trabajar”.
Al ejercer su carrera como administrador de empresas se alejó poco a poco de la fiesta brava y dejó en su haber un aproximado de 27 corridas como matador y 30 novilladas, siete de ellas en la Plaza México y las demás en Guadalajara y otras fiestas.
Paso por España
En Guadalajara toreó novilladas en el año 72 en festivales nocturnos, en dicho festival se ofreció como premio para el ganador del serial un premio a España, “fui yo el ganador del premio y me fui a España en el 74 con la intención de torear, iba invitado por una casa vitivinícola con la intención de torear pero ya no se pudo, no pude ni siquiera hacer campo, duré dos meses por allá prácticamente como turista y me regresé para torear en La México”.
Siempre aficionado
A pesar de cerrar su ciclo como matador, “El Zapopan” se dio a la tarea de generar nuevos aficionados, a crear una peña taurina, que actualmente sigue en funciones “la peña taurina de Mal de Montera que acaba de cumplir 30 años, yo fui uno de los iniciadores”.
Desde entonces se ha dado a la tarea de dar conferencias generar exposiciones, programas de radio, ha escrito en diarios y ha hablado frente a los micrófonos de toros y eso fue lo que le gustó.
“La actividad taurina de torear en ruedo ya no la tenía muy clara en mi mente, me hacía a la idea que iba a ser aficionado toda mi vida, pero en el poco tiempo que toree pude hacer varias cosas, quites nuevos, suertes nuevas, eso me dio otro lugar con la gente, porque en ese tiempo no había nadie que ejecutara tantas suertes como yo”.
Las nuevas generaciones en voz del maestro
“El Zapopan” piensa que las promesas del toreo mexicano tienen todos los recursos y capacidades, es cuestión de entrega y de entrenar día a día con el capote todas las suertes, “deben tratar de ampliar su conocimiento para no improvisar frente al toro y hacer algo que no ensayaron, se trata de ensayar para saber definir las suertes que le puedan hacer a cada toro”.
La creatividad es parte fundamental, pues luego de aprender todas las bases, las nuevas camadas deben tener la inquietud de crear nuevos lances y tener la capacidad de recrear y traer a la vida lances lucidores que se han quedado en el olvido.
La fiesta en la actualidad
“Hoy se torea mejor que nunca, se torea tan bien pero a un toro que pasa, no a un toro que embiste, hace falta esa sangre brava para que salga la gallardía del torero, que renazca el toreo por la cara porque la gente ya no sabe que es torear por la cara”.
Miguel Ángel piensa que actualmente se cuida mucho al toro y los toreros buscan reses a modo, “ahora cuidan más al toro que no se caiga a que te pegue una cornada”.
El exceso de kilos que a veces presentan las ganaderías y la falta de bravura, son aspectos fundamentales que generan decadencia en la fiesta y la gente al no emocionarse, prefiere ir mejor a otros espectáculos, “tenemos que darle de nuevo identidad a la fiesta de los toros y por supuesto a los toreros para que la gente regrese”.
Alas de mariposa
“El Zapopan” presentó para La Otra Fiesta Alas de Mariposa, un ejemplar editado para mostrar toda la gama de suerte que hay y que no se ejecutan en el ruedo “habiendo un toro a modo le puedes hace chulería y media con el capote”.
El uso del capote, en voz del Zapopan, regresaría mucha luz a la fiesta para que los espadas puedan lucir y hacer lucir al toro y regresarle la pasión al tendido.
Para finalizar, El Zapopan agradeció la calidez que ha recibido en Tlaxcala y reconoció la sangre brava que aquí se cría y dejó abierta la posibilidad para ser invitado a torear en un festival o una tienta, “Si me invitan con mucho gusto aquí estaré”.