El común de los ciudadanos en México esperamos que con un cambio de autoridades nuestra vida también cambie como por arte de magia, soñamos con un mejor trabajo, más dinero, mejor calidad de vida y nos sentamos a esperar a que el gobierno en turno lleve a cabo todos nuestros planes.

Lógicamente en tiempo de campaña política, todas esas añoranzas se vuelven moneda de cambio de quienes aspiran a llegar a un cargo público, entre más ofrecimientos hagan, aunque suenen descabellados, más ganan la atención pública y los ciudadanos escogen al mejor postor.

Pero no, si bien las autoridades son una parte importante de los destinos de nuestro país, los ciudadanos somos el complemento necesario e imprescindible que contribuirá a darle dirección al destino de un país.

Mientras esperamos a que otros cumplan nuestras aspiraciones y requerimientos, se contamina, se tira basura en las calles, se ensucian los ríos, se deforesta, se malcrían a los hijos, se abusa siempre que se pueda (los abusados), se roba, se asesina al prójimo sin ninguna misericordia, se manejan vehículos sin ningún respeto ni a las señales de tránsito, ni al peatón, ni a los demás automovilistas. Según mis cálculos y apreciaciones, pareciera que el nivel de estupidez e irresponsabilidad es directamente proporcional al costo del automóvil, entre más caro y bonito es el vehículo, mayor patanería en las calles y carreteras.

Ah, pero los mexicanos queremos un cambio, y mientras llega pues se arrebata, se roba, se asalta, se defrauda, se asesina, se delinque, se abusa del más débil y desprotegido, se ignora a los que más necesitan de un apoyo y asistencia.

¡Señoras y señores! El cambio también los hacemos nosotros, el cambio debe surgir del pueblo, de los ciudadanos, del profesionista, del trabajador, de todos.

En Tlaxcala estamos acostumbrados a vivir en relativa calma, no digo que no pase nada en el estado, sino que los hechos delictivos creíamos que ocurrían esporádicamente, al menos hasta hace unos años era así.

¿Pero qué sucede cuando tenemos la percepción de que todo esto ocurre de forma más continua? ¿Desde cuándo todo el orden preestablecido se está rompiendo?

No podría decir con precisión desde hace cuánto tiempo, pero sí que es más común enterarnos de hechos delictivos en territorio estatal, robos en varias de sus modalidades, asesinatos, secuestros, los asaltos al tren es algo muy frecuente, y qué no decir de la trata de personas y desaparición de menores de edad.

Es cotidiano enterarnos de robos a casa habitación, negocios, vehículos, a transeúntes, instituciones financieras, ganado, incluso, han llegado a entrar a las casas con moradores adentro de acuerdo a testimonios.

Claro que muchos pensarán que hace años había menor densidad poblacional en el estado, ahora ya rebasamos el millón de habitantes en Tlaxcala, y los problemas que se enfrentan crecen en la misma medida.

Todo forma parte de una descomposición social del que también formamos parte, insisto e insistiré, las buenas costumbres y aspiraciones legítimas se forjan desde el hogar, somos directamente responsables de lo que como padres sembramos en la sociedad, y de lo que con nuestra actitud, estamos sembrando en los niños. Necesitamos una sociedad más unida y fuerte, sensible al dolor ajeno y respetuosos con la vida en general: los mares, los bosques, los ríos, el campo, los animales y, claro, respeto por nuestros semejantes.

Se han registrado asesinatos que han enlutado diversos hogares, ahora ya todo se arregla con la agresión y los ciudadanos francamente esperamos que pase algo que reduzca esta percepción de inseguridad en las calles, y sí, dije percepción, porque nuestras autoridades nos recuerdan que Tlaxcala es de los estados más seguros del país, pero lo que nosotros percibimos es totalmente opuesto.

Hagamos de este mundo un mejor lugar para vivir, que sea seguro para todos, donde podamos trabajar en paz y armonía, porque el cambio es responsabilidad de usted, mía, del vecino, de nosotros en general, tan solo porque habitamos en este, nuestro planeta Tierra.

Comenta: malo_en@hotmail.com

Twitter:@marlo_en

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