La tauromaquia tlaxcalteca apenas empieza a querer levantarse, tras meses de encierro social que se produjo por la pandemia de Covid-19, sin embargo, para el novillero Alan Corona, estos meses han significado seguirse preparando y no bajar la guardia ni en cuidados, ni en actividad física, pese a que los ruedos se mantuvieron cerrados por más de cinco meses.
Él es uno de los 15 novilleros que se encuentran activos en Tlaxcala y que además de ser una figura prometedora de la fiesta taurina, nos comparte para La Otra Fiesta que han sido momentos difíciles para este sector que a su vez reactiva a otros para el desarrollo económico, y que se han visto severamente afectados por la situación de salud mundial.
Desde el inicio de la cuarentena la Plaza de Toros, Jorge El Ranchero Aguilar se cerró y con ello la posibilidad de seguir entrenando todos los días, pero eso no fue motivo para dejar de entrenar pues lo hacía en su hogar, con los elementos posibles para no perder condición y menos práctica en este deporte que demanda de mucho adiestramiento físico y técnico.
Transcurridos dos meses más (mayo-junio), la instrucción continuó en la finca del matador Uriel Moreno “El Zapata”, en Tetla de la Solidaridad, en espera que la situación fuera cambiando, sin embargo, no era posible pues se escuchaba el aumento de casos por coronavirus, y las medidas para evitar contagios permanecían, sin que hubiera luz verde para el desarrollo de eventos taurinos.
Para el mes de julio, nuevamente se tuvo la posibilidad de regresar a entrenar a la plaza de toros de Tlaxcala, y se retomaron más las actividades de entrenamiento, pero esto ha sido difícil, “antes de todo esto se tenía una agenda, para meses y lugares importantes, en mayo, junio y julio. Pero se presentó lo de la pandemia y se cayeron todas las fechas, algo que nos afectó a todos en el medio”.
Pese a ello, celebró que en las ganaderías de la entidad, las actividades no pararon pues tuvo la oportunidad de buscar espacios en tientas matando novillos a puerta cerrada, “sin descanso en lo que amamos hacer en la fiesta taurina”.
Fueron para él poco más de cuatro novilladas las que se suspendieron y eso deja pensando que ahora con la nueva normalidad que “llegó para quedarse y esto nos lleva a darnos cuenta que el mundo del toro mueve muchos negocios, se pararon hoteles, restaurantes y un sin número de personas se quedaron sin empleo”.
Hace poco más de dos meses mató un novillo a puerta cerrada en la ganadería de Piedras Negras que recién cumplió sus 150 años, por lo que al realizarse estos eventos a puerta cerrada, la actividad gracias a los empresarios no ha dejado de realizarse aunque con todas las medidas de salud.
Mencionó que la semana pasada se realizó otro festival en la Finca San Fernando de la familia Moreno Macías, donde se observaron los avances de los jóvenes taurinos, en la que dijo también participaron los jóvenes Sebastián y Rafael Soriano, en la que logró matar un par de novillos.
Indispensable, no dejar de lado las actividades físicas, y técnicas, pero sobre todo la práctica en las ganaderías, aunque sabe que este año se ha perdido y que tendrán que esperar un año más para volver a torear y con nueva normalidad.
Jóvenes novilleros como él embisten la situación buscando otras actividades y el apoyo del Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino (ITDT), quien les brinda en ocasiones apoyo económico cuando se necesita o para lo que hace falta en la realización de los diversos eventos en donde participan.
Ahondó que las recomendaciones de los expertos han sido para los jóvenes novilleros que no paren de entrenar porque en cualquier momento esto puede regresar y deben estar alerta y visiblemente preparados para cualquier llamado.
Finalmente invitó a toda la afición, a no desesperarse para poder disfrutar el regreso a las plazas de toros.
