Cuando se habla del espíritu guerrero de un tlaxcalteca inmediatamente se piensa en Xicotecatl Axayacatzin, un personaje que es un referente de los personajes nativos del territorio mexicano.
Xicotencalt fue capaz de prever las consecuencias de ayudar a los españoles y en su posición de señor de Tizatlán, convocó al senado para argumentar que esos hombres eran simplemente hombres, sin mayores virtudes que cualquier otro. Con el discurso esperaba que los españoles fueran vistos como tiranos a la patria y de los dioses
Al ver la indecisión de sus compatriotas Axayacatzin comenzó una guerra contra Hernán Cortés, en lo que es descrito por los historiadores como una lucha sin precedentes, por la superioridad bélica de los españoles y la posibilidad de ser atrapados por pueblos nativos lo cual los convertiría en prisioneros.
Xicotencatl fue derrotado, tras esto tomo un descanso y llevo acabo su segundo ataque durante la noche, ya que tenia la creencia de que las armas de los enemigos funcionaban por la energía del sol.
Sin embargo el padre de este guerrero ordeno cesar con el ataque, lo cual en consecuencia significo reconocerlo como embajador del reino de Castilla y una invitación al palacio del padre de Xicotencatl donde se pacto la alianza contra los mexicas.
Tras la conocida como “noche triste” Axayacatzin, vio otra oportunidad de persuadir a su padre y otros miembros importantes del territorio tlaxcalteca de combatir a los Españoles, pero su intento fue en vano, pues la esperanza de adquirir nuevos territorios fue más poderosa que sus argumentos.
El tiempo le daría la razón, ya que tras la derrota de los mexica Cortés ordeno su ejecución en Texcoco y posteriormente continuo con la conquista de territorios.
