La policía de Alemania disolvió este miércoles mediante la fuerza una manifestación violenta de grupos contrarios a las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus que trató de acceder a la zona restringida junto al Parlamento y no cumplía las medidas de higiene y distanciamiento.
La violencia empezó a mediodía y se prolongó durante unas tres horas, mientras en el Bundestag (cámara baja) se celebraba un pleno para aprobar la reforma de la Ley de Protección contra Infecciones, a fin de dotar de fundamento legal a las actuales restricciones por la covid-19.
Tanto el Bundestag como la cámara alta (Bundesrat) aprobaron finalmente esa reforma, que permite al Gobierno de coalición que preside Angela Merkel fundamentar en una base legal más precisa las medidas decididas para luchar contra la pandemia.
La concentración frente a la Puerta de Brandeburgo, en Berlín, había transcurrido durante algunas horas de forma pacífica, pese a que los participantes no llevaban mascarillas y no mantenían la distancia de seguridad, pero pasadas las 11 horas (tiempo local) la situación se complicó con la llegada de nuevos manifestantes, que llegaron a sumar varios miles.
Entre estos se encontraban grupos de ultraderechistas que elevaron la tensión, se enfrentaron a la policía lanzando botellas y bengalas y trataron en ocasiones de entrar en la zona restringida, donde la protesta no estaba permitida.
La policía, con 2.000 agentes, dio entonces por concluida la manifestación y exigió a los participantes que se dispersasen, sin ningún éxito.
Las fuerzas de seguridad, que confirmaron más de un centenar de detenciones, acabó recurriendo a cañones de agua y gases lacrimógenos.
Piden respetar distancia
La viceportavoz del Gobierno, Ulrike Demmer, destacó, a propósito de los manifestantes que no cumplían con las reglas de higiene y distancia, que estas son «irrenunciables» y que los límites a este tipo de protestas son precisamente el respeto de esas medidas.
«Estoy aquí porque nos están quitando nuestra libertad, están haciendo una ley que les permita ir a nuestra casa, coger a nuestros hijos y darles productos farmacéuticos«, declaró a la agencia Efe un joven manifestante que no quiso identificarse.
Otro manifestante que también rehusó a dar su identidad completó: «Creo que la covid existe, conozco gente que la ha pasado, pero el derecho a la libertad y seguir con tu trabajo es también superimportante«.
«Estamos aquí manifestándonos porque hay una nueva ley del Parlamento que le da todo el poder al Gobierno», dijo a Efe Klaus Molo, de 70 años y que sobre el covid-19 aseguró: «Es un resfriado normal. Hay siempre virus alrededor nuestro, tenemos que seguir haciendo vida normal«.
Mientras tanto, la sesión del Parlamento transcurría de manera bronca por el cruce de acusaciones entre el ejecutivo, que llevaba al pleno la reforma de la ley para asegurar legalmente su actuación en la aplicación de restricciones, y el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
El ministro alemán de Sanidad, Jens Spahn, argumentó que un reto como la pandemia supone siempre daño y es tarea de la política sopesarlos y establecer prioridades. «La protección de la salud tiene un peso superior relativo«, agregó.
Los ultraderechistas consideraban que el margen de acción que la reforma concede al Ejecutivo y Legislativo en momentos excepcionales supone una violación de los derechos fundamentales.
La policía ya había advertido este martes a los parlamentarios de posibles ataques de manifestantes.
Desde hace varios meses grupos de negacionistas de la pandemia, críticos con las restricciones y seguidores de varias teorías de la conspiración se manifiestan semanalmente en Alemania y atraen en ocasiones a varios miles de personas.
La policía ha alertado de que estos colectivos están infiltrados y a veces dirigidos por ultraderechistas.