El pasado 6 de julio del año en curso, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo, publicó una convocatoria dirigida a las y los presidentes Municipales de los 84 municipios del estado, para que propongan a 5 niñas y 5 niños, alumnos de primaria, que se hayan destacado por su espíritu defensor de derechos humanos, para recibir como premio la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en una edición especial para comprensión infantil, así como un diploma de reconocimiento por parte de la institución. Por eso, el libro que la contiene, debe dejar de ser el documento menos leído por los mexicanos y mexicanas.

El objetivo es que en todo el Estado se siembre la semilla de los valores e ideales que atesora nuestra Constitución, documento que normalmente se piensa está dirigido a profesionales del derecho, funcionarios públicos, académicos, estudiantes, sin embargo, nuestra carta magna contiene un núcleo de derechos plasmados en las normas que principalmente se encuentran en su título primero, con la necesaria explicación de que a partir del 10 de junio del 2011, todo lo que se denominaba “garantías individuales” ahora se reconocen como “Derechos Humanos”, con la novedad de que también forman parte de nuestro texto constitucional, todos los tratados y convenciones que haya ratificado México y que tengan derechos humanos contenidos en ellos, esto es, que en este momento las prerrogativas fundamentales en nuestro país han tomado el máximo rango jerárquico.

Por otro lado, cualquier sociedad que trate de evolucionar hacia el progreso y la paz tiene que sentar las bases en la educación que se transmite a los niños y niñas desde su más temprana edad, distinguiendo desde luego la responsabilidad de los padres con la de los maestros, por eso, la parte de nuestra constitución que contiene valores que provienen de los ideales acuñados en toda la historia de la humanidad y que resaltan en momentos en que los pueblos se revelan y deciden tomar un mejor rumbo, debe ser parte integrante de la conciencia de las y los mexicanos desde su niñez, para que comprendan que no puede haber derechos sin obligaciones y deberes sin prerrogativas, que no es moral exigir derechos cuando no se cumplen obligaciones, pero tampoco es moral que se cumpla con esas obligaciones y no se tenga acceso a los derechos.

La familia es la primera escuela de la vida, y es en la misma, que los padres deben transmitir a sus hijos, a través de un ambiente de amor, tolerancia e inteligencia, los valores que forman a una persona buena, integra, coherente, útil  y capaz de convivir armónica y productivamente en sociedad, ya que es básico el recalcar que no lo podemos conseguir si los padres, abuelos, tutores o responsables de menores, y desde luego los maestros no enseñan educación cívica y no se basan, entre otros, en nuestra Constitución.

No estamos hablando de situaciones teóricas, porque si queremos mejorar como país tendremos la obligación de iniciar con este proyecto, y en la medida en que se logre lo más pronto posible, tal vez alcanzaremos a ver algunos resultados.  Por citar algún ejemplo podríamos mencionar como el artículo 41 de la Constitución Colombiana establece que “En todas las Instituciones de educación, oficiales o privadas, serán obligatorios el estudio de la Constitución y la Instrucción cívica. Así mismo se fomentaran prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana. El estado divulgará la Constitución”. (fin de la cita).

 Vienen cambios en la vida de México, pero los ideales y valores que contempla la Constitución son permanentes, por eso la importancia de que nuestra juventud, desde temprana edad los conozca, porque serán ellos quienes posteriormente los inculquen a sus hijos, “con el ejemplo”, para lo cual es indispensable que se deje de ver a nuestra Carta Magna como un instrumento jurídico y lejano, y se sepa que la Constitución no es un documento, sino una institución viva y cercana al pueblo que la creo.

Todo lo anterior justifica la intención de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo para acercar la Constitución Mexicana a quienes dentro de 25 años estarán en posiciones de gobierno y de decisión en la iniciativa privada, y requerimos que ellas y ellos tengan a los valores ciudadanos como su guía para cumplir cabalmente con sus responsabilidades. Esto que ahora puede ser un “intento” podría dejar una semilla puesta en tierra fértil para un mejor México.