Como padres siempre estamos deseando el bienestar de nuestros hijos, y por ello, tal vez a menudo te preguntas si lo estás haciendo bien, si es correcto dar permisos, si necesitas pasar más tiempo a su lado… y mil cuestiones más.
¿Sabes? Fortalecer la relación con tus hijos es lo mejor que puedes hacer para incrementar su bienestar.
A cualquier edad, si son niños o adolescentes es indispensable estar presentes en su vida diaria.
¿Cómo fortalecemos la relación con nuestros hijos?
- Fomentando la comunicación efectiva
- Conociéndolos, escuchándolos, orientándolos y acompañándolos.
- Enseñándoles a amarse y respetarse
- Estableciendo límites claros, que no estén sujetos a estados de ánimo.
- Dejando claras las jerarquías en la familia
- Respetándolos y no lastimándolos por ningún motivo
- Expresando el cariño verbal y físicamente
- No asfixiándolos
- Sin descuidarlos ni abandonarlos
- Celebrando sus logros
- Invitándolos a superar sus fallas
- Estando presentes
- Fomentando que gestionen adecuadamente sus emociones
- Trabajando en tu propio bienestar
En la medida en la que establecemos una relación profunda, cercana y saludable podemos esperar que nuestros hijos confíen en nosotros, que no sientan temor para expresarnos sus inquietudes, sus dudas y emociones.
Las reglas de la relación con ellos y ellas son casi las mismas de toda relación: el respeto, la confianza y en este caso el amor.
No se vale y no es conveniente que en la dinámica de la relación se presenten situaciones como la ley del hielo, la manipulación o el chantaje.
Tampoco es adecuado burlarse o poner en la mesa un tema que nos han confiado cuando se presenta alguna discusión.
La comunicación efectiva es indispensable, por lo tanto, designa tiempo específicamente para ellos, para charlar, bromear y para abordar temas particulares. Dicen que más vale la calidad que la cantidad, y en este caso es cierto, no sirve de mucho pasar bastante tiempo juntos si no hay cercanía, es posible estar casi todo el día juntos pero si en ese tiempo no hay una convivencia real no estaremos abonando a la relación con nuestros hijos.
Obviamente en cada familia se establecen ciertas normas y el tipo de relación puede variar de acuerdo a su edad, sin embargo, también es importante saber en qué cabe la flexibilidad y que es lo que no está permitido, cómo las faltas de respeto o perder la autoridad ante ellos.
Cuando hablamos de autoridad hay que diferenciar esta del autoritarismo, una es una guía por el bien de la familia, la otra destruye el respeto y la cercanía.
¿Qué tanto conoces a tus hijos? ¿Conoces a sus amigos? ¿Está su relación basada en el respeto o en el miedo? ¿Hay confianza? ¿Cuál es el principal obstáculo para llevarse mejor? ¿Están claramente definidas las jerarquías y las reglas? ¿Cómo se expresa cotidianamente el cariño?
Haz una reflexión sobre estos temas y determina si hay alguna área que modificar, por supuesto, los primeros que necesitan ponerse de acuerdo respecto a la educación son los padres, juntos o separados requieren coincidir en la forma de relacionarse con ellos, esto evita confusiones y por lo tanto, conflictos.
No des por hecho que saben que los quieres, exprésalo a menudo, genera un ambiente armonioso y cálido en casa, entre más se sientan bien con su familia más herramientas tendrán para respetarse, quererse y cuidarse.
¿Quieres que tus hijos estén bien? Fortalece la relación con ellos, no lo dejes para después o para cuando ocurra una crisis y no sepas cómo acercarte a ellos o qué ellos no permitan que lo hagas.
En ocasiones se dedica más tiempo a lo urgente que a lo importante, y en este caso lo importante es el bienestar de la familia y de cada uno de sus integrantes, no lo dejes para después… ¿Lo pensé o lo dije?
Twitter: @Lorepatchen
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