Mientras la carne de pollo continúa su escalada de precio y se cotiza entre los 85 y 90 pesos el kilogramo de pechuga,  los tablajeros no pudieron resistir más y en algunos municipios el precio de la pulpa fina alcanza ya los 180 pesos el kilogramo.

Mantienen también altos sus precios, la carne de cerdo, en 120 pesos la pulpa, así como el huevo, este último, con precios que van de 30 pesos el kilogramo, sin marca, y 34 pesos las marchas San Juan y Bachoco.

Exportan vientres de ganado, la carne se dispara

Sin embargo la carne de gran consumo, la de res, se ha disparado de 150 pesos el kilogramo, hasta los 180 pesos en carnicerías tradicionales y hasta en 230 pesos en supermercados de cadenas de tiendas de autoservicio, informa el presidente de la Federación de Tablajeros de Hidalgo, Jesús Gutiérrez González.

Este incremento en el precio de la carne que tiene su origen en varios factores, pero sobre todo, a la exportación masiva de vientres de ganado a Canadá y Estados Unidos, en los últimos meses del año anterior, así como a los incrementos en los precios de los insumos y forrajes para la engorda de ganado, de entre 25 y 30 por ciento, afirma el engordador y tablajero.

Recientemente reunido con sus representados, Gutiérrez Gonzáles informó que el grueso de los tablajeros en la entidad realizan mayúsculos esfuerzos para mantener el kilogramo de pulpas entre los 130 y 150 pesos el kilogramo, pero otros han optado por rendirse.

El alza en el precio de la carne difícilmente vendrá a beneficiar a los tablajeros, que han resentido una caída en las ventas, en lo que va del año, de entre 25 y 30 por ciento, después de tener dos años anteriores sumamente difíciles.

 

El cerdo y el pescado, refugio de las consumidoras

En tanto, recorridos por los supermercados permiten observar que las amas de casa se refugian de los elevados precios de la carne de res y pollo en la carne de cerdo y las distintas variedades de pescado.

Otras más se refugian en los granos: habas, lentejas, alverjones, garbanzos y los tradicionales frijoles negros, principalmente, además de embutidos baratos, aunque de dudoso contenido, como las salchichas, queso de puerco, mortadelas y jamones “económicos”.