El perdón es esa actitud en la que dejamos de cargar lo que nos ha hecho daño, cuando elegimos soltar el peso de los malos recuerdos y construimos la paz en nuestro interior.

Obviamente no cuesta lo mismo perdonar el olvido de una cita que una traición amorosa… y cada persona tendrá algo que no perdonaría jamás, sin embargo, hablando de situaciones que no han sido realmente graves, podemos hablar de que el perdón es liberador, cuando perdonamos no liberamos a la persona que nos hirió, nos liberamos a nosotros mismos.

Fíjate en cómo el rencor nos roba la tranquilidad, en cómo el odio hacia alguien nos limita, nos enferma y nos esclaviza… vivir pensando en lo que nos lastimó, en la infidelidad de tu expareja, en la tía que te trato mal cuando eras niño, en los compañeros que te ofendieron en la escuela… en lo que sea que alguna vez te ocasionó vergüenza, culpa o tristeza es traer al presente un dolor del pasado y convertirlo en un sufrimiento constante.

Si ya vivimos el dolor dejémoslo en el pasado, en lo que ya fue, tenemos tres opciones: vivir lamentándonos y sufrir por ser víctimas, enojarnos y amargarnos o superarlo y utilizar esa experiencia como un aprendizaje de vida.

Obviamente, con una buena salud mental nadie opta por estar mal o por atravesar por las circunstancias difíciles de la vida, con salud mental tenemos un autoconcepto positivo que no nos permite permanecer en donde no nos conviene estar, o que nos levanta cuando nos equivocamos y tropezamos, que nos lleva a ver lo que no le viene bien a nuestra vida y entonces nos retiramos, esto es lo ideal, o que en el momento en el que asimilemos que no merecemos estar mal tomemos decisiones que nos pongan a salvo y en mejores condiciones.

Y además, hace que sepamos gestionar emocionalmente lo vivido… es válido sentir enojo, tristeza, es aceptable no desear ver a una persona y cortar el trato con ella, pero si la seguimos cargando en nuestros pensamientos y estos nos provocan rabia, frustración o tristeza, entonces no hemos terminado con ese ciclo… por tu bien, por salud mental, porque mereces un presente distinto PERDONA…

Alguien me dijo: -“Yo no perdono porque me volverían a engañar”-; otra persona exclamaba: “Yo perdonó pero no olvido”-… ¿Sabes? El perdón no se trata de colocarte de blanco para que te vuelvan a lastimar y tampoco consiste en olvidar, PERDONAR ES APRENDER, hay una lección en lo que viviste, utilízala para tu bien, no te sometas a lo que fue, aprende lo que tengas que aprender y niégate a que te vuelva a suceder, PERDONAR NO ES OLVIDAR, PERDONAR ES CRECER, porque aun teniendo presente lo que te dolió decides no continuar reviviéndolo en tu mente, porque haces que esa experiencia te sea útil para ser una mejor persona, o para elegir con quien deseas transitar por la vida y con quien ya no.

Perdonar es ganar… El perdón es una victoria personal que ocurre cuando admitimos cuanto daño y cuánto dolor sentimos, pero no nos sometemos a seguir experimentándolo.

Perdonar al padre que te abandono, a la madre que siempre te ofendió, al amigo que te engaño… perdonar por amor a ti mismo, porque eliges que lo que predomine hoy en tu vida no sea ese dolor sino la oportunidad de superarlo, cuando puedes admitir la herida y decides curarla tú, cuando no esperas que quien te hirió la alivie, cuando tomas el control de tu vida y gestionas adecuadamente tus emociones, cuando aceptas que tú estás en primer lugar y que si no lo haces te sacrificas a ti mismo.

¿Te digo algo? Es casi seguro que hoy la vida tiene otras oportunidades para ti, que hay un regalo esperándote en el día a día, en tus nuevas relaciones, en el trayecto que aún te queda por andar, no te distraigas conservando dolores del pasado o viviendo enfurecido… no te lo mereces.

Perdonar es ganar… ganarte a ti mismo y saber vivir en paz.

¡Un abrazo!

 

Twitter: @Lorepatchen

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