La falta de un plan nacional de desarrollo económico integral ha originado que Hidalgo, al igual de Tamaulipas y Querétaro, entre otras entidades del país, registraran caídas en su producción manufacturera en el primer cuatrimestre del 2019, en un proceso de desaceleración que ha afectado sensiblemente a la región de El Bajío.

Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), permiten conocer que en estos primeros cuatro meses del año cayó la producción manufacturera en entidades como Hidalgo, con una caída de 7.3 en la misma; Tamaulipas, con 5.8; Querétaro, con 8.9, y San Luis Potosí, con 9.0.

Ante esto, economistas como Enrique Banda, de la Universidad Autónoma de Querétaro, señalan que el origen de esta caída se debe a la falta de un plan nacional de desarrollo integral, y a una política económica que ha concentrado los esfuerzos, y recursos, en dos regiones de México, el Sur-Sureste, con proyectos como el Tren Maya, y los incentivos fiscales para la franja fronteriza norte, con un IVA de 8 puntos y salarios mucho más elevados que en el resto del país.

La falta de una política económica integral está afectando a regiones como la del Bajío y la del Centro del país, mientras que despuntan aceleradamente estados del norte como Baja California, con un crecimiento manufacturero de 17.7 por ciento; Coahuila, con 7.2 o Nuevo León, con 5.1 puntos porcentuales.

Se hace notar que pese a anuncios espectaculares como la construcción de la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Corredor Transístmico de Tehuantepec, entidades como  Campeche y Tabasco presentaron las caídas más pronunciadas a nivel nacional, menos 34.8 y menos 16.9 por ciento, respectivamente.

Esta afectación en el sureste, consideran los especialistas, tiene su origen también en la decisión de cancelar el Programa de Zonas Económicas Especiales (ZEE), en el que encabezaban las acciones a seguir.

Para José Luis de la Cruz Gallego, director del Instituto Para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), ante la falta de un plan de desarrollo económico integral, queda ahora en manos de los gobiernos estatales establecer las alianzas y las estrategias para impulsar su desarrollo económico.

Se citó como ejemplo la Alianza Centro-Bajío-Occidente, concertada por los gobiernos de Querétaro, Aguscalientes, San Luis Potosí, Guanajuato y Jalisco, la región más próspera del país en el pasado sexenio pero cuya producción se ha venido abajo.