Xiadani Sánchez, baterista; Yolotzin Sánchez, guitarrista; Ana Ayotitla, bajista y Estefanía Vizzuet, cantante, son las alineación que además de ser familia, componen el grupo musical de rock Dracarys, quienes desde muy jovencitas, tomaron el gusto por el género del rock, haciéndose en apenas tres años un lugar en la música del estado de Hidalgo, además de que su vocalista fue concursante y designada como una de las mejores voces del concurso La Academia.

Xiadani Sánchez, guitarrista del grupo, habló en representación de la agrupación, para compartir que en diciembre del año pasado se cumplieron apenas tres años de la banda, la cual comenzaron siendo muy jovencitas, pues junto con su hermana, que es la guitarrista y baterista, empezaron con la música desde hace 6 años, pues estaban en la orquesta de la escuela del Centro de las Artes, con el clarinete y la batería, “la orquesta tenía un proyecto de rock. Ensayábamos en casa nosotras junto con mi papá, que nos acompañaba con la armonía de la guitarra y el teclado, sacábamos las canciones y gracias a esto comenzamos a querer tocar otros instrumentos, pero más propios del rock”.

Así que su hermana Yolotzin eligió tocar la guitarra y ella la batería, y así fue como comenzaron a tocar rock, “practicábamos con mi papá, ensayábamos canciones, y Ana, que es nuestra sobrina, con la que convivimos mucho con ella, pues iba mucho a la casa, entonces ella también le agarró interés, y ella se fue integrando con el bajo”.

“Comenzamos a sacar algunas canciones, nos gustaba mucho cómo sonaba, así que como sonaba mejor, decidimos que fuera una banda de rock de mujeres y ensayar más formal. A Fanny la invitamos porque desde que éramos niñas, sabíamos que ella había destacado por su gran talento para cantar. Así nos juntamos las cuatro para empezar a ensayar y así fue como comenzó el proyecto”.

Así que dedicaban algunos días de la semana para ensayar, su papá las dirigía y con él sacaban algunas canciones que les gustaban para después llegarlas a presentar como grupo de rock.

Justamente su primera presentación fue en un evento familiar, lo cual ocurrió un 30 de diciembre de hace tres años, “no teníamos muchas canciones en realidad, pero lo que teníamos las interpretamos y así fue nuestra primer tocada. La recordamos mucho todavía y entonces después de eso, afortunadamente tuvimos el apoyo de la presidencia, que nos abrió las puertas y nos consiguió algunos eventos en el mes de marzo que siguió a nuestra primera presentación”.

Xiadani refiere que comenzaron a tocar también en el Parque Hidalgo los fines de semana, donde se comenzaron a presentar, al igual que en el Centro Cultural de El Reloj, “así estuvimos un año, hasta cuando fue nuestro primer aniversario, preferimos celebrarlo haciendo una tocada en un restaurante bar, se llamaba Morpheus, estaba en la Plaza Revolución. Nos ayudaron a contactar al restaurante, y nos dieron la oportunidad de presentarnos ahí la noche de nuestro aniversario, e invitamos a nuestros amigos”.

Al dueño del lugar le gustó el sonido de Dracarys, y lo que en principio era una invitación de una noche, terminó en el contacto del dueño que les preguntó si les interesaba tocar, ya que también era propietario del restaurante Los Portales, en la Plaza Juárez, donde les abrió las puertas para que realizaran sus presentaciones, “fuimos a hacer una audición y ya nos quedamos. A partir de ahí comenzamos a tocar en Los Portales, después nos contactaron de Búfalos, y así en otros lugares también”.

Así estuvieron tocando un año en bares y restaurantes, pero también la presidencia de Pachuca las ayudó para ir tocando en eventos más grandes, pues han tocado en la feria Internacional de San Francisco en Pachuca en el teatro del pueblo y en el pabellón internacional en el día que se presentó Juanes al que le cerraron y en la Feria de Otumba, además de tocar también en Santiago de Anaya.

Destacó que en el festival Vientos de Alegría que se hizo en el Pisal del Gota de Plata, fueron invitadas desde hace dos año y en este tercer año tocaron como estelares.
Admite que en la familia están todos muy contentos por sus avances, “nos apoyan mucho y les agradecemos que siempre están con nosotras, apoyándonos, nos acompañan y nos gusta lo que hacemos también”.

Explica que el nombre de Dracarys proviene de la serie Juego de Tronos, donde la palabra Dracarys significa Fuego de Dragón, y tiene qué ver con un llamado a los dragones para atacar con fuego, “además de que nos gustó la palabra, nosotros relacionamos el fuego con el sonido que el rock produce, y el dragón como cada una de las integrantes. Nuestro logo lo diseñó nuestro primo Arturo, con un dragón echando fuego, nuestro nombre y un diseño que le da un toque más femenino a nuestro logo, de que somos puras chicas todas”.

Reconoce que por ser jovencitas y ser todas mujeres, en un principio les costó trabajo convencer, porque había quienes dudaban de su calidad musical, pero al escuchar que tocan rock, a personas de su edad y particularmente más mayores les agradó su sonido, pues tocan covers de bandas que las han influenciado desde toda la vida, “son bandas que escuchan nuestros abuelos, nuestros papás, como The Beatles, Deep Purple, Creedence, Led Zepelin, Metallica, Queen, Nirvana, pero también tocamos covers de baladas de los años 60 y 70s, de grupos como los Ángeles Negros, Los Pulpos, Trigo Limpio, José José y además las arreglamos con un estilo propio y evidentemente más rockero”.

Xiadani resalta que cada una de las integrantes de Dracarys se llevan bien y cumplen una función muy importante con su aportación dentro de la banda, “nos conocemos desde siempre y siempre tratamos de hacer divertidos los ensayos y nuestras presentaciones. También somos bromistas pero siempre nos tratamos con respeto. Estamos muy contentas, hemos tenido muchos amigos en la música y también muchas experiencias que no imaginábamos”.

Rafael Sánchez, quien es manager de la banda y el papá de dos de las integrantes, cuida mucho de las chicas, explica que Dracarys ha tenido invitaciones para tocar en lugares como Ciudad de México, Querétaro, Estado de México, Puebla, Monterrey, y reconoce que al ser jovencitas, algunos no creían que tocaban a Black Sabath y ese tipo de música, sin embargo, han convencido porque tienen presencia y calidad musical, lo que les ha abierto muchas puertas en Pachuca y su zona metropolitana, donde se han hecho un lugar. Sin embargo, las salidas a otros lugares han tenido que esperar, porque es prioridad para las chicas acabar sus estudios, pues están en el nivel bachillerato y licenciatura, por lo que su formación profesional va primero ante todo.

Xiadani añade que disfrutan mucho lo que hacen, además de que han tenido tocadas con otras bandas, “eso nos gusta mucho y nos divierte”. Además, indica que en esta cuarentena, están trabajando en temas propios, hacerlo de forma más profesional y por qué no, pensar en grabar un disco en un futuro, “porque hemos demostrado que las chicas también saben rockear”.