Una mirada a través de la juventud

La construcción del Reloj Monumental de Pachuca de Soto inició en 1904 y fue inaugurado en 1910 para conmemorar el centenario de la Independencia de México.

Cuando el gobernador Pedro L. Rodríguez estaba en funciones, recibió la encomienda por parte del presidente don Porfirio Díaz de realizar alguna obra significativa para conmemorar el aniversario número cien del México independiente, así que el gobernador, junto con el alcalde don Alfonso Brito y el empresario don Felipe N. Barros, decidieron realizar un reloj comunitario que se pudiera ver desde distintas partes de la ciudad.

Esta idea surgió gracias a que, en aquellos tiempos, México era una nación muy distinta a lo que conocemos hoy en día, con mayor desigualdad económica y social, donde la gran mayoría de los hidalguenses no contaba con un reloj de mano para ver la hora. Así que este proyecto arquitectónico fungiría como bien común para la ciudadanía.

La obra la diseñó el Arquitecto Tomás Cordero, la edificó el Ingeniero Luis Carreón y la supervisó el Ingeniero Francisco Hernández, mientras que Jesús Zenil Martínez fue quien compró la maquinaria del reloj en Londres, Inglaterra. Inclusive, la maquinaria llegó antes de que el monumento se terminará de construir, así que duró un tiempo en el atrio de la iglesia de La Asunción, posteriormente en La Casa Rule y finalmente en el monumento.

El material que se ocupó para la construcción del Reloj Monumental de Pachuca de Soto fue principalmente cantera originaria de Tezoantla, Hidalgo, piedras labradas y azufre caliente para adherirlas. La cúpula de hasta arriba está hecha de cobre y estaño, fabricada por encargo en Monterrey. También cuenta con cristales especiales de gota, que sirven de respaldo a las estatuas de mármol de Carrara, Italia, mandadas a hacer especialmente para el monumento.

La obra fue inaugurada en el marco de la celebración del centenario, el 15 de septiembre de 1910 por el gobernador porfirista Pedro L. Rodríguez.

Distintas y distintos cronistas, así como la generalidad de la ciudadanía, han manifestado que desde la presentación del Reloj Monumental, el mismo se convirtió en un símbolo para la ciudadanía pachuqueña, siendo éste la prueba de que ante las distintas adversidades de la época en la que surgió, se concretó la construcción con trabajo en equipo por parte de las distintas autoridades de gobierno con la población, perdurando y triunfando el bienestar general sobre cualquier infortunio y/o conflicto.

Pachuca está llena de cultura e historias que nos dan identidad y nos hacen sentir orgullosos de la tierra donde vivimos.

Gracias al arquitecto Luis Corrales por las historias que le dan vida a este artículo.

Con cariño, Brenda.