Parly Roque
Hace unas semanas el senador de Morena, Ricardo Monreal, hacía pública una propuesta de iniciativa para regular las redes sociales. De inmediato todos los usuarios y grupos parlamentarios saltaron para desacreditar y rechazar dicha reglamentación, pues argumentaban que esto estaría transgrediendo la verdadera y amplia libertad de expresión.
La intención de reglamentar las redes sociales surge luego de que al ex presidente Trump le censuraran y eliminaran comentarios calificados como noticias falsas y mensajes que incitaban al odio en la red social Twitter, desde mi perspectiva estaría preparando el terreno para evitar que en un futuro ocurriera lo mismo con el presidente Andrés Manuel.
Lo que incluye esta iniciativa son diversas modificaciones a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que en términos generales la iniciativa de ley ley, solo será aplicable a las redes sociales que tengan más de un millón de usuarios, entre ellas se encuentran Facebook, Twitter, Instagram y Tiktok que a mi parecer las que en verdad le interesan son las primeras dos.
De igual manera la iniciativa pretende que las compañías dueñas de las redes sociales deberán de pedir autorización al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para operar en nuestro país, también deberán de contar con un área especializada para impugnar la suspensión de cuentas y contenido, solo se podrán eliminar y suspender cuentas o contenidos que difundan noticias falsas, mensajes de odio, afecten los derechos de menores de edad, revelen datos personales o provoquen algún delito. Y por último se pretende que si se acredita la violación a la libertad de expresión por parte de los que manejan las rede sociales, estas serán acreedoras a multas de hasta 89 millones de pesos.
Pero en realidad ¿a quienes se pretende proteger con estas medidas?, ¿a los verdaderos usuarios de las redes sociales? No lo creo, pues considero que estas reglamentaciones están enfocadas en proteger a otro tipo de usuarios, como a los políticos o figuras públicas.
Pues si a un usuario promedio de estas redes sociales le eliminan o suspenden la cuenta de su red social, le es más fácil crear una nueva cuenta, ahorrándose el tiempo que estaría invirtiendo en presentar una queja ante el IFT. Lo de ahora, es agilizar procesos y no enredarnos en trámites que al final serán burocracia pura. Por último, en mi carácter de usuario de redes sociales apuesto por la autorregulación.
Por ahora me despido y espero tus comentarios o dudas a través de mis redes sociales.
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