Galdino Rubio Bordes
“El mejor amigo de la verdad es el tiempo”.
Una ocasión, en el día domingo, me levanté con buen ánimo y singular alegría, a caminar, a sentir el aire fresco de la mañana en mi cara, cuya sensación es muy agradable, caminaba con gusto, me dirigí exactamente al puesto de tamales, a comprar mi dotación, pues como buen pachuqueño, cumplo con la tradición de desayunar unos ricos tamales en domingo.
Estando ahí le pregunté al dueño del negocio, con la confianza que se da con el trato de varios años: ¿cómo ve el tema de las elecciones? Permaneció en silencio unos segundos, supongo que para pensar su respuesta. Esta fue firme y clara: “tengo 70 años, y a mí nunca nadie me había obsequiado nada, hoy recibo casi dos mil pesitos mensuales, por el solo hecho de mi edad y mi situación, voy a reiterar mi voto con quien me apoya”.
Como es sabido, la actual administración federal tiene especial atención en el cumplimiento de estos programas y lo hace a través de la Secretaría de Bienestar, cuyo objetivo es atender a poblaciones con rezago económico y en situación de marginación. Los programas sociales más grandes o de mayor número de beneficiados son:
Programa sembrando vida. Pretende la conversión de ejidos y comunidades en un sector estratégico, que posibilite el incremento de la producción rural, con enfoque de sustentabilidad y desarrollo regional, para reducir la vulnerabilidad de los pobladores de estas regiones. Con cuatro componentes se aspira atender dos problemas antiguos, como son la pobreza rural y la degradación ambiental. Los componentes son: inclusión productiva; cuidado del medio ambiente; fomento a la cultura del ahorro y reconstrucción de tejido social. Actualmente está presente en 20 estados; 23 mil 507 localidades; 884 municipios y 8 mil 917 ejidos y tiene 420 mil 256 empleos permanentes de los cuales el 70.1% son hombres y 29.9% son mujeres (https://www.gob.mx/bienestar/acciones-y-programas/programa-sembrando-vida).
Programa de créditos a la palabra. Para acceder a un crédito de 25 mil pesos, primero, obligadamente, el solicitante, se debe inscribir en el Censo de Bienestar. No hay trámites por internet. Al solicitante lo visita en su domicilio un Servidor de la Nación. El número previsto de beneficiarios de este crédito, es de 1 millón de personas. El beneficio representa en promedio 25 mil millones de pesos.
(https://www.gob.mx/bienestar/acciones-y-programas/creditos-a-la-palabra-241368).
Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras. Pretende que madres, padres solos o tutores que laboran, buscan empleo o estudian, cuenten con un apoyo económico para el cuidado y atención de sus hijos. El máximo de hijos por hogar es de tres. La cantidad que reciben para niños de 1 año y hasta 1 día antes de cumplir los 4 años, es de 1 mil 600 pesos bimestrales por cada niño. Si fuera el caso que alguno de ellos presente alguna discapacidad, entonces la cantidad que reciben es de 3 mil 600 pesos, también bimestrales por cada niño(https://www.gob.mx/bienestar/acciones-y-programas/programa-de-apoyo-para-el-bienestar-de-las-ninas-y-ninos-hijos-de-madres-trabajadoras-203284).
Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores. Denominada pensión universal, está dirigido a personas con 65 años de edad mínima. Actualmente reciben un beneficio económico de 2 mil 550 pesos bimestrales, pero de acuerdo al anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador, en marzo pasado, se incrementará gradualmente hasta llegar al doble.
En cifras redondas, con datos del Censo de Población del INEGI 2020, en nuestro país hay 10 millones de personas mayores de 65 años, lo que, considerando un beneficio de 1 mil 275 pesos mensuales, representa una inversión de 12 mil 750 millones de pesos por mes.
La alusión al subtítulo de la columna, la presento derivado de la consideración de que ha sido una constante del presidente López Obrador considerar como pueblo bueno a la población que se encuentra bajo el amparo de los programas sociales. Estos programas no son nuevos, pues tan solo como punto de referencia, con datos del Coneval, en el 2017 bajo el amparo del programa Prospera, se encontraban 27 millones de beneficiarios y la ayuda para adultos mayores era un poco menor a 5 millones (https://economia.nexos.com.mx/el-plan-es-que-no-hay-plan/).
El pasado 6 de abril del 2020, es decir, hace poco más de un año, el presidente anunció que los programas sociales beneficiaban a una población de 22 millones.
Más allá de la danza de los números, existe una realidad clara. Se supone que los programas deben cumplir con metas claras, y a la vista, la única acción persistente es la transferencia directa de dinero, el llamado “workfare”. No obstante, por ejemplo, miles de estudiantes han abandonado sus estudios, lo que significa que las crisis económicas, golpean, en primera opción, a la población en situación de pobreza.
La reflexión de esta ocasión es sobre la disponibilidad de recursos de la administración pública federal y la falta de un plan estratégicamente diseñado para enfrentar esta crisis económica. En las pasadas administraciones, estos programas se establecían con la consideración de tener una economía estable, en consecuencia, la pregunta actual sobre el futuro de estos programas es: ante una crisis económica como la actual, ¿qué les dará suficiencia y viabilidad?
Por cierto: Para los jóvenes entre 18 y 29 años que deseen obtener una beca con un monto de 4 mil 310 pesos es: no estudiar y no trabajar. Leyó usted bien, no estudiar y no trabajar (https://www.adn40.mx/mexico/registro-jovenes-construyendo-futuro-beca-especial) .
En la próxima aportación, comentaremos sobre la disponibilidad de recursos, que se ha dado a conocer como la austeridad republicana, pero que en la vida diaria ha traído consecuencias de graves a funestas.
Reciba mi cordial saludo
Nos leemos en la próxima
Galdino Rubio Bordes garubo58@gmail.com