“Las calles se convirtieron en ríos furiosos de un momento a otro”. “En todos mis años de vida, nunca había sentido un calor tan intenso”. “Amanecieron miles de peces muertos a la orilla de la playa, no había sucedido antes”.

Estas expresiones y muchas más reflejan la sorpresa, el asombro y la preocupación de las personas alrededor de nuestro mundo. El planeta que es nuestro hogar en la inmensidad del universo está siendo devastado por la especie animal más peligrosa conocida hasta la fecha: el hombre.
A la par del desarrollo industrial y tecnológico de la especie humana, la emisión de gases, líquidos y materiales contaminantes ha ido invadiendo nuestra atmósfera, cuerpos de agua – llámense océanos, mares, ríos, etc. – incluso, hemos contaminado el suelo y subsuelo que nos proveen del necesario alimento para subsistir.
Ante las catástrofes provocadas por inundaciones, incendios, derrames químicos, devastadoras sequías, tornados, huracanes, pruebas nucleares y muchas más, se han formado organismos internacionales, con la participación y la supuesta buena voluntad de los gobiernos del mundo para aminorar el calentamiento global, los gases de efecto invernadero y, en pocas palabras, el inminente suicidio al que nos dirigimos.
Pero, al parecer, los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas o de ONG’s tan famosas como Greenpeace, convenciones que tratan de unificar esfuerzos contra este desastre no son tomados en cuenta por los países que dicen impulsarlos.
El Pacto de París intenta y alienta los esfuerzos globales para reducir el aumento promedio de 2°C anuales que registra el planeta en promedio. Pero el año pasado, cuando aún era Presidente de los Estados Unidos el magnate Donald Trump, anunció el retiro de su país del Pacto, porque según él, en vez de salvar al mundo, se estaba destruyendo la economía de los norteamericanos.
Hace un par de meses, la ONU informó que China y la India, dos de los países con mayor población en el mundo y que ocupan los lugares 1 y 3 como los peores emisores de gases de efecto invernadero, incumplieron con las metas trazadas en el Pacto de París. Y no solo ellos. Alrededor de la mitad de los países fallaron al no llevar a cabo las tareas comprometidas.
Este año, a pesar del confinamiento mundial provocado por la pandemia provocada por el virus SARS-CoV2, hemos sido testigos de las terribles inundaciones en Europa, en países como en Alemania, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Austria; el efecto de los poderosos huracanes que han azotado a México; las ardientes olas de calor que provocan inmensos incendios forestales en Canadá, Estados Unidos, Australia, Grecia y Turquía, por mencionar solo algunos.
Recuerdo en mi época de niñez los cuentos o cómics del Pato Donald, en ellos aparecía en cada número un personaje peculiar. Era el famoso Rico McPato, pero en una versión de vagabundo, lleno de moscas y desaliñado, tirando una envoltura de dulce arrugada. Aparecía un pensamiento que decía: Si una persona tira un trozo de basura no pasa nada, pero…somos millones de personas en el mundo.
Nuevamente, y estoy convencido de eso, cada uno de nosotros podemos a ayudar un poco en solucionar este grave problema. Si reciclamos correctamente los deshechos de casa, si compartimos el automóvil para no viajar solos, si no realizamos quemas de llantas o basura al aire libre, si no tiramos basura en la calle o carreteras.
Es fácil criticar a los gobiernos o a las grandes empresas que contaminan el ambiente. Ellos tendrán que hacer lo que les corresponda o enfrentar las consecuencias, pero nosotros podemos hacer nuestra pequeña parte, ayudando a nuestro único hogar, el planeta que nos brinda toda su riqueza aunque lo hemos maltratado a más no poder.
Aún podemos gozar de amaneceres espectaculares, alimentarnos de los frutos de la tierra, aprovechar la gran diversidad de especies en los mares y océanos. Aún hay muchos lugares que nos ofrecen una agradable brisa, fresca y saludable. Disfrutemos y cuidemos de nuestro entorno natural. Yo no quisiera que las próximas generaciones solo conocieran los árboles y animales por fotografía o video, como se aprecia en algunas películas de supuesta ciencia ficción. Más bien, creo que estamos más cerca de lo que nos imaginamos.
Y para terminar, ¿sabían que la trabajadora y útil abeja acaba de ser incluida en la lista de especies en peligro de extinción? Terrible. Hablaremos más sobre el tema la próxima semana.
Mientras tanto, me gustaría saber de ustedes a través de un correo electrónico, mi red social o mensaje directo. No olviden usar su cubrebocas, gel antibacterial y sana distancia.
Email: raugargut@gmail.com
Twitter: @tuzo_raul