Las universidades ya pueden regresar a clases en el estado, de acuerdo con la Secretaría de Salud de Hidalgo, sin importar el color del semáforo sanitario en que se encuentre el municipio donde se ubican.
Durante su conferencia de prensa semanal, el Doctor Efraín Benítez Herrera, Secretario de Salud estatal, destacó que han sido pocos los contagios derivados del retorno a las aulas y que los diagnosticados se han infectado fuera del entorno educativo.
De acuerdo a lo informado por el galeno, estarán monitoreando el curso de la pandemia en el estado, cuyas cifras han ido en descenso, hasta finales de octubre y, en caso de detectarse algún aumento de contagios, se daría marcha atrás al regreso masivo a las escuelas.
Ya son 42 de los 84 municipios hidalguenses que han retornado a clases presenciales y los casos, afortunadamente, no se han disparado. Las escuelas han estado aplicando todas las medidas preventivas para propiciar un entorno educativo seguro para alumnos y personal docente.
A nivel nacional, Hidalgo es uno de los pocos estados que no ha dado luz verde a todos sus municipios para las clases presenciales. El gobernador Omar Fayad y los Secretarios de Salud y Educación han optado por la cautela y un regreso escalonado y seguro.
En educación básica, a partir de los trabajos realizados durante la Fase Intensiva del Consejo Técnico Escolar, llevados a cabo en agosto pasado, se espera que las escuelas tengan listos los protocolos de seguridad, a fin de recibir a los estudiantes, después de más de 18 meses de la suspensión iniciada en marzo de 2020.
Sin embargo, en muchos centros escolares de los municipios que aún no tienen autorización para el regreso, no se han formado los Comités de Salud ni se han definido claramente las responsabilidades que tendrán los padres de familia y el personal escolar.
Las universidades deberán presentar un protocolo de regreso a clases, que será avalado por las autoridades sanitarias. En el caso de la educación básica, corresponderá a supervisores y jefes de sector asegurar la oportuna y adecuada aplicación de los mecanismos de bioseguridad para alumnos y personal educativo. De no aplicarse de forma rigurosa, se corre el grave riesgo de propiciar un indeseable foco de contagios.
Recordemos que, al regreso, se aplicará el modelo de educación híbrida, es decir, la mitad de un grupo asistirá lunes y miércoles, la otra mitad lo hará martes y jueves. Los días viernes se destinarán a atender a los niños que requieran mayor apoyo.
Durante la fase de educación virtual, el apoyo de los padres de familia, al supervisar a sus hijos en tareas y trabajos, ha sido muy importante. También ha quedado de manifiesto, tristemente, los casos de los niños que se quedan solos en casa y no cumplen con las tareas y aquellos que, a pesar de estar acompañados, no envían sus trabajos a los docentes.
Sin duda alguna, el regreso a las clases presenciales será de gran beneficio para todos. Los docentes regresarán a impartir sus clases tal como lo aprendieron en la Escuela Normal Superior y de acuerdo a su experiencia profesional; los niños contarán con la presencia de sus maestros, a fin de aclarar dudas, preguntar y opinar en tiempo real y cara a cara; muchos padres y madres de familia, con los hijos en la escuela, podrán retomar sus actividades económicas productivas, como el comercio u otras labores.
Sin olvidar toda la reactivación económica que todo lo anterior conlleva: transporte público, compra y venta de alimentos, ropa, calzado y un largo etcétera de bienes y servicios que retomarán el ritmo anterior al inicio de la pandemia.
Aunque llevamos varias semanas de descenso de la pandemia y las dos terceras partes de los estados estamos en semáforo verde, no bajemos la guardia; sigamos observando todas las medidas de prevención. Terriblemente me ha tocado ver a mucha gente “inmortal” que ya no usa cubrebocas en la calle, ni en el transporte público, ni en las tiendas.
¿Tú eres “inmortal” o te sigues cuidando?
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