“Durante este merecido receso espero que disfruten del tiempo para descansar con sus seres queridos. Estoy seguro de que regresaremos con toda la pila necesaria para enfrentar el nuevo ciclo escolar 2023-2024 con mucho entusiasmo”. Con estas palabras concluyó su mensaje el Secretario General de la Sección 15 del SNTE, profesor Said Vargas Sáenz.
Por fin llegó el llamado “receso escolar” para los docentes de educación básica de Hidalgo y del país. Los alumnos sí disfrutan de “vacaciones” desde el 19 de julio, fecha en que se entregaron reportes de evaluación y certificados de terminación de preescolar, primaria y secundaria.
Los docentes continuaron con los trabajos del taller de capacitación de la Nueva Escuela Mexicana una semana más, ya sin alumnos y cubriendo toda su jornada escolar. Después de todo el ajetreo de fin de curso, sacaron fuerzas, no sé de dónde, para concluir satisfactoriamente con su compromiso y vocación.
Un receso muy necesario. Posterior a la pandemia, todos – alumnos, padres de familia y trabajadores de la educación– regresamos con heridas internas, con pérdidas de seres queridos, con secuelas de violencia intrafamiliar, con frustraciones causadas por el confinamiento de poco más de dos años, sin haber cerrado ciclos necesarios, en fin, maltratados psicológicamente.
Ello ocasionó que las relaciones escolares se tornaran ríspidas. Niños y jovencitos sin control de emociones, sin límites en el respeto de la autoridad; no hacen otra cosa más que reproducir lo que vieron y vivieron en casa durante el encierro. La indisciplina rebasó los límites históricos en las escuelas.
La agresividad de los padres se tornó, en parte, contra quienes representan la autoridad escolar. “Mi hijo en casa no se comporta así”, “Ya la traen contra mi hija”. El daño psicológico nos ha colocado una venda en los ojos.
Ahí está el triste caso de la maestra agredida en Cuautitlán Izcalli en días pasados. No ha sido extraño que al padre de familia agresor le hayan descubierto otras conductas delictivas, incluso la posesión de enervantes. A eso estamos expuestos quienes nos dedicamos a la educación de las nuevas generaciones.
Colegas y amigos, disfruten este receso escolar. Recarguen su luz, su energía para regresar con nuevos bríos y entusiasmo a trabajar en lo que nos gusta y apasiona: el orgullo de formar y educar al presente y futuro de México.
Los leo con mucho gusto en mis redes sociales. Hasta la próxima Historia de lo Cotidiano.
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